El fallecimiento de Kelvin Kiptum, plusmarquista mundial de maratón, deja huérfano el duelo que iban a disputar sobre el asfalto de París el corredor keniano con su compatriota Eliud Kipchoge en el maratón de los Juegos Olímpicos, una cita que hubiera concentrado a millones de telespectadores en todo el planeta con el doble aliciente de saber quién ganaría y si alguno sería capaz de bajar de las dos horas.