La mandíbula -también conocida como maxilar o mandíbula inferior- es el hueso móvil que se encuentra en la parte inferior de la cara. Es fundamental para la masticación y el habla.
Se localiza por debajo de los huesos de la órbita ocular y la nariz y se extiende desde el mentón -la parte frontal del cuerpo mandibular, hasta las articulaciones temporomandibulares, que se encuentran en ambos lados de la cabeza, justo delante de las orejas. Está formada por dos partes simétricas que se unen en el centro en una estructura llamada sínfisis mentoniana. Cada parte de la mandíbula tiene una rama ascendente que se articula con el hueso temporal del cráneo para formar la articulación temporomandibular, que es la que permite realizar los movimientos de la mandíbula durante la masticación y el habla.
Los músculos presentes en la mandíbula permiten que se mueva hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados, lo que hace posible la la masticación y la articulación del habla.
Funciones principales
La mandíbula, tal como precisa la odontóloga de Clínica Corachan, la Dra. Elisabeth Sánchez, “es un hueso crucial que desempeña varias funciones importantes en el cuerpo humano, incluyendo la masticación, el habla, la apariencia facial, la protección de los dientes y la boca, y la formación de la articulación temporomandibular”.
Los movimientos de la mandíbula hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados permiten la trituración y la descomposición de los alimentos para facilitar su digestión. Los movimientos son también necesarios para la formación de ciertos sonidos, como las consonantes «b», «d» y «g».
A nivel de apariencia, la mandíbula contribuye a la forma de la cara y la barbilla. También protege los dientes y la boca de lesiones al actuar como una estructura de soporte.
Problemas más frecuentes
Existen varios problemas más comunes relacionados con la mandíbula, como son:
- El dolor en la mandíbula, que puede ser causado por una variedad de problemas, como la tensión muscular, el desgaste del cartílago en la articulación temporomandibular, o la inflamación en la articulación.
- La dislocación de la mandíbula, que ocurre cuando la mandíbula se desencaja de la articulación temporomandibular, causando dolor, hinchazón y dificultad para hablar o masticar.
- El bruxismo, que es un trastorno en el que una persona aprieta y rechina los dientes involuntariamente, y que puede causar dolor y desgaste de la mandíbula.
- Los problemas de oclusión dental, cuando no se produce el encaje correcto entre los dientes superiores e inferiores al cerrar la boca. Esto puede causar dolor en la mandíbula y otros problemas dentales.
- Las lesiones en la mandíbula, que pueden ser debidas a fracturas o contusiones. Las fracturas de mandíbula pueden causar dolor, hinchazón, problemas para abrir y cerrar la boca, y otros síntomas.
- Los trastornos temporomandibulares (TTM) afectan a la dicha articulación y a los músculos que rodean la mandíbula. Los TTM pueden causar dolor en la mandíbula, dificultad para masticar y hablar, y otros síntomas.
Es importante -precisa la Dra. Sánchez- consultar a un especialista en cirugía maxilofacial si se experimenta alguno de estos problemas para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Causas de los problemas de mandíbula
Diferentes causas pueden desencadenar los problemas de mandíbula. Fracturas y dislocaciones pueden ser debidas, por ejemplo, a golpes en la mandíbula. Y en el caso de la tensión muscular que da lugar al bruxismo, entre otros trastornos, puede ser debida al estrés emocional o físico.
La artritis puede causar inflamación y dolor en la articulación temporomandibular y en otros lugares del cuerpo. La maloclusión dental, cuando los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente, puede causar tensión en la mandíbula y otros problemas.
El desgaste del cartílago en la articulación temporomandibular puede causar dolor y otros síntomas. Y los trastornos de esa articulación pueden ser causados por una variedad de factores, como la tensión muscular, la lesión física, la artritis y otros problemas. En cualquier caso, también será preciso consultar a un especialista en patología maxilofacial.
Los problemas de la mandíbula pueden ocurrir a cualquier edad, pero hay algunas franjas de edad en las que ciertos problemas son más comunes. De todos ellos, la odontóloga de Corachan Dental y Maxilofacial diferencia los más habituales según la edad:
- Niños y adolescentes: Son más frecuentes en ellos los problemas de la mandíbula relacionados con el crecimiento y desarrollo de los dientes y la mandíbula. Por ejemplo, los problemas de oclusión dental, como los dientes torcidos o una mordida cruzada, son comunes en esta etapa de la vida.
- Adultos jóvenes: Pueden experimentar problemas de la mandíbula relacionados con la tensión muscular debido al estrés y a la ansiedad. También pueden experimentar lesiones relacionadas con el deporte o accidentes.
- Adultos de mediana edad: Son más habituales en ellos los problemas de la mandíbula relacionados con el desgaste y el envejecimiento de la articulación temporomandibular y los músculos que rodean la mandíbula. La artritis y otros problemas de salud también pueden aumentar el riesgo de trastornos temporomandibulares.
- Personas mayores: En este caso, presentan sobre todo problemas de la mandíbula relacionados con el envejecimiento y la degeneración de los tejidos. La artritis y otros problemas de salud también pueden ser más comunes en esta etapa de la vida.
Tratamiento
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, se pueden recetar para reducir el dolor y la inflamación asociados con los trastornos de la mandíbula. La fisioterapia también puede ser parte del tratamiento. Esta puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos de la mandíbula y el cuello. Y para reducir la inflamación y el dolor puede servir igualmente la terapia de calor o frío.
Para prevenir el bruxismo y reducir la tensión en la mandíbula puede ayudar el uso de los protectores bucales. Y para reducir el estrés y la tensión muscular que pueden causar problemas de mandíbula, como el propio bruxismo, terapias de relajación, como la meditación y la respiración profunda, pueden ayudar.
La terapia con láser de baja intensidad se ha utilizado para tratar trastornos de la mandíbula y reducir el dolor y la inflamación. En casos graves, puede ser necesaria la cirugía para reparar una fractura, dislocación u otro problema grave de la mandíbula.
Prevención posible
Algunas medidas pueden contribuir a prevenir problemas de mandíbula. La especialista de Clínica Corachan enumera algunas recomendaciones:
- Mantener una buena higiene dental puede ayudar a prevenir las caries y las enfermedades de las encías, que pueden desencadenar problemas que impliquen a la mandíbula. Igualmente, las visitas regulares al dentista ayudarán en esa prevención.
- Se debe evitar masticar chicle o alimentos duros, como caramelos o nueces, puede ejercer presión sobre la mandíbula y aumentar el riesgo de lesiones o desgaste de la articulación temporomandibular.
- Evitar apretar o rechinar los dientes, por el desgaste que puede ocasionar en ellos y porque puede aumentar el riesgo de problemas de la mandíbula.
- Controlar el estrés, pues junto con la ansiedad puede contribuir a desarrollar problemas que afectan a la mandíbula, como el bruxismo. Es importante encontrar formas de controlarlo, como el ejercicio regular, la meditación o la terapia psicológica.
- Los protectores bucales pueden ayudar a prevenir el bruxismo y reducir la tensión en la mandíbula.
- Es importante también tomar medidas como el uso de un equipo de protección adecuado y conducir con precaución para evitar lesiones al realizar actividades deportivas o en accidentes.
- Mantener una buena postura al sentarse y al estar de pie puede ayudar a prevenir problemas de mandíbula. La mala postura, como encorvarse o inclinar la cabeza hacia adelante, puede ejercer presión sobre la mandíbula y aumentar el riesgo de problemas de la articulación temporomandibular (ATM).
- Se deben evitar alimentos duros o difíciles de masticar, como caramelos duros o nueces, porque masticarlos puede ejercer presión excesiva sobre la mandíbula y aumentar el riesgo de lesiones o desgaste en la ATM.
También la genética o viejas lesiones pueden ser la causa de problemas de la mandíbula, como los trastornos temporomandibulares. “Son factores fuera de nuestro control, en los que la prevención puede no ser posible, pero aún se pueden tomar medidas para controlar los síntomas y reducir el riesgo de complicaciones”, expresa la Dra. Sánchez.
Otros factores que ayudan a cuidar la mandíbula
Mantener una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede ayudar a fortalecer los huesos y los músculos de la mandíbula, lo que puede reducir el riesgo de lesiones y mejorar su bienestar. También realizar ejercicios de mandíbula también puede ayudar a fortalecer los músculos y a mejorar la flexibilidad de la mandíbula. Algunos ejercicios simples incluyen abrir y cerrar la boca lentamente, mover la mandíbula hacia la derecha y hacia la izquierda, y hacia arriba y hacia abajo.
De igual manera, como precisa la especialista de Clínica Corachan, dormir en una posición cómoda y sin tensión en la mandíbula puede reducir el riesgo de bruxismo y otros problemas de la mandíbula. Utilizar una almohada adecuada y evitar dormir boca abajo puede ser útil para mejorar la postura y reducir la tensión en la mandíbula.
Como ya hemos dicho, ejercicios de relajación, como la meditación, el yoga, la respiración profunda, el masaje y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad que contribuyen a tensionar la mandíbula, de ahí que puedan ayudar a prevenir problemas como el bruxismo y la disfunción de la ATM.
Otras zonas afectadas por los problemas de mandíbula
Como expone también la doctora Elisabeth Sánchez, los problemas de mandíbula pueden afectar a otras zonas del cuerpo, como son:
- Los dientes, con los que la mandíbula está directamente relacionada. Por eso las caries, las enfermedades de las encías, el desgaste dental y la pérdida de dientes pueden afectarla.
- La cabeza y el cuello. Por su conexión con la mandíbula, los problemas en ella pueden causar dolor de cabeza, dolor de cuello, y dolor de oído. En algunos casos, el dolor de cabeza puede ser tan severo que se confunde con una migraña.
- La columna vertebral, puesto que a través de la columna cervical está conectada a la mandíbula, por lo que los problemas en ella pueden causar dolor y tensión en la columna vertebral.
- El sistema nervioso también se puede ver afectado por la disfunción en este caso de la ATM y otros problemas de la mandíbula. Pueden afectar al sistema nervioso, causando dolor crónico y otros síntomas como mareos y dolor en los ojos.
- Por último, también los músculos de la cara, del cuello y de los hombros pueden mostrar dolor y tensión. Y los tejidos blandos pueden igualmente verse afectados con síntomas como la sequedad bucal y la sensación de tener la garganta cerrada.