Los pesticidas se utilizan en la agricultura para controlar las malezas, la infestación de insectos y las enfermedades. Existen muchos tipos diferentes de pesticidas y cada uno sirve para combatir plagas específicas. Pero el uso de pesticidas no es inocuo: pueden provocar graves daños al medio ambiente, a la flora, a la fauna y al ser humano.
Los principales efectos a largo plazo de los plaguicidas se pueden agrupar en: los que afectan directamente al individuo expuesto, como esterilidad, anemia aplástica, cáncer y trastornos diversos; y los que se observan en su descendencia, como teratogénesis, mutagénesis, alteraciones del sistema inmunológico o del sistema nervioso.
Por este motivo, los científicos investigan desde hace decenios métodos que ayuden a evitar el uso de pesticidas. Entre esos métodos para controlar plagas, enfermedades y malezas figuran los biológicos, que consisten en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro organismo.
Los gusanos nematodos entomopatógenos parasitan insectos y se utilizan desde hace tiempo en programas de control biológico contra plagas de insectos en la agricultura. Los nematodos de la familia Steinernema, descubiertos hace un siglo, no son dañinos para los humanos ni para otros mamíferos.
Algunas especies de nematodos tienen una amplia gama de huéspedes, como Steinernema carpocapsae, que puede infectar a unos 200 insectos, mientras que otras tienen una gama de huéspedes específica, como Steinernema scapterisci, que está adaptada para infectar insectos solo dentro del orden Orthoptera.
En ensayos de laboratorio, los nematodos pueden tener un rango de huéspedes más amplio de lo normal que no se traslada al campo. Sin embargo, las especies que están en un entorno natural están bien adaptadas a esas condiciones ambientales y son efectivas contra las plagas existentes.
Agentes de control biológico
Científicos de la Universidad de California Riverside (UCR) han descubierto una nueva especie de gusano, que han llamado Steinernema ademáis, que también infecta y mata insectos. Con la particularidad de que estos pequeños gusanos podrían controlar las plagas de los cultivos en lugares cálidos y húmedos donde otros nematodos beneficiosos no pueden prosperar actualmente.
El rango de huéspedes de Steinernema adamsi aún no se ha explorado, por lo que los estudios futuros deberían centrarse en ese aspecto para identificar los huéspedes potenciales y así mejorar la eficacia en el control biológico.
Una cosa está clara: Steinernema adamsi mata insectos. Los investigadores lo confirmaron poniendo algunos de estos nematodos en recipientes con polillas. «las mataron en dos días con una dosis muy baja de gusanos», rememora Dillman. Como son miembros de un género que puede infectar a cientos de insectos, los investigadores confían en que será «muy beneficioso», ya sea un parásito especialista o generalista.
En el futuro, los investigadores esperan descubrir las propiedades únicas de este nematodo . «Aún no sabemos si puede resistir el calor, la luz ultravioleta o la sequedad. Y tampoco la variedad de insectos que es capaz de infectar», indica Dillman.
El descubrimiento de esta nueva especie tiene implicaciones importantes para el desarrollo de agentes de control biológico eficaces en Tailandia y en áreas con condiciones climatológicas similares.
«Aunque hay más de 100 especies de Steinernema, siempre estamos buscando especies nuevas porque cada una tiene características únicas. Algunas podrían ser mejores en ciertos climas o con ciertos insectos», indica el nematólogo Adler Dillman, cuyo laboratorio hizo el descubrimiento.
«Nuestro trabajo contribuye a nuestra comprensión de la diversidad y evolución de los nematodos entomopatógenos», señalan los autores del estudio, que acaba de publicarse en ‘Journal of Parasitology’.
Casi invisibles a simple vista
El descubrimiento fue casual: el laboratorio de Dillman había solicitado muestras de Steinernema y los análisis de ADN revelaron que no eran las especies que habían pedido. «Genéticamente, no se parecían a nada que se haya descrito jamás», explica Dillman.
Los gusanos de la especie recién descubierta son casi invisibles a simple vista, aproximadamente la mitad del ancho de un cabello humano y poco menos de un milímetro de largo. «Varios miles en un matraz parecen agua polvorienta», apunta Dillman.
Los descubridores han llamado a la nueva especie Steinernema adamsi en honor al biólogo estadounidense Byron Adams, presidente del Departamento de Biología de la Universidad Brigham Young. «Adams ha ayudado a perfeccionar nuestra comprensión de las especies de nematodos y su importante papel en la ecología y el reciclaje de nutrientes en el suelo», relata Dillman. «Me pareció un homenaje apropiado para él», añade.
Adams, que en la actualidad está investigando nematodos en la Antártida, se siente honrado de que una especie tan «cool» lleve su nombre en la literatura científica. Más aún porque la biología de este animal es «absolutamente fascinante», comenta.
«Aparte de sus aplicaciones obvias para aliviar el sufrimiento humano causado por insectos y plagas, también tiene mucho que enseñarnos sobre los procesos ecológicos y evolutivos involucrados en las complejas relaciones entre parásitos, patógenos, sus huéspedes y sus microbiomas ambientales», señala.
«Es emocionante porque el descubrimiento añade otro ‘insecticida’ que podría enseñarnos una biología nueva e interesante. También provienen de un clima cálido y húmedo, lo que podría convertirlos en un buen parásito de los insectos en entornos donde actualmente los nematodos de huerto disponibles comercialmente no han podido florecer», remata Dillman.
Informe de referencia: https://meridian.allenpress.com/journal-of-parasitology/article/110/1/22/498907/STEINERNEMA-ADAMSI-N-SP-RHABDITIDA
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