El Ejército de Israel informó este sábado de sus «actividades intensivas» en Jan Yunis, considerado un bastión de Hamás en el sur de la Franja de Gaza, así como en el centro y norte del enclave palestino; mientras elabora un plan para expandir su ofensiva a Rafah, en el extremo meridional del enclave y donde se hacinan 1,3 millones de personas, la mayoría de ellas desplazadas a causa de la ofensiva israelí.
«Las tropas continúan intensas actividades en Jan Yunis, el norte y el centro de la Franja de Gaza», indicó un comunicado castrense que enumera operaciones en las que «mataron y detuvieron terroristas, localizaron armas y atacaron infraestructuras terroristas».
En el oeste de Jan Yunis, el área que las tropas tratan de controlar desde hace días, mataron a varias «células terroristas», además de llevar a cabo «ataques selectivos» en los que localizaron y confiscaron numerosas armas, incluidos «rifles AK-47, decenas de granadas y cartuchos, RPGs, chalecos y artefactos explosivos».
En esa parte de la ciudad, las tropas israelíes mantienen bajo asedio desde hace 20 días los hospitales Naser y Al Amal, donde soldados irrumpieron este viernes para detener sospechosos. Ambos hospitales han sufrido ataques y combates en sus inmediaciones en los últimos días, que dificulta la llegada de heridos y pone en peligro la vida de más de 10.000 personas refugiadas dentro del Naser, mientras que las 8.000 que había en el Al Amal ya se evacuaron hace días.
Evacuación de Rafah
Mientras tanto, el Ejército israelí debe atender la orden realizada la víspera por el primer ministro, Binyamín Netanyahu, sobre la elaboración de un plan para evacuar a los civiles antes de acometer la incursión terrestre en Rafah, la última ciudad refugio de los gazatíes que han sido expulsados del resto de la Franja y en la que antes del conflicto vivían unas 280.000 personas.
Los últimos planes del Gobierno hebreo han sido recibidos con críticas por parte de sus aliados. Si este jueves fue el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby, quien avisó que la Casa Blanca «no apoyaría» una operación en Rafah y otro portavoz del Departamento de Estado afirmó que parecía «no haber planificación y poca reflexión» y recordaba que era un punto de entrada crucial para la ayuda humanitaria, este sábado ha sido la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, la que subrayó que una ofensiva en esta ciudad fronteriza con Egipto sería una «catástrofe humanitaria anunciada«.
La jefa de la diplomacia germana recalcó que el pueblo de Gaza no puede refugiarse en ningún otro lugar. «Israel debe defenderse contra el terror de Hamás, pero al mismo tiempo aliviar en la mayor medida de lo posible el sufrimiento de la población civil«, recalcó Baerbock.
Por su parte, Arabia Saudí condenó «enérgicamente» la decisión de entrar en Rafah, «último refugio de centenares de miles de civiles», recordó el Ministerio de Exteriores del país, antes de anunciar la petición de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante la «insistencia (de Israel) en violar el derecho internacional y el derecho humanitario».
Comunicado de Hamás
El grupo islamista Hamás advirtió igualmente este sábado de que una ofensiva militar terrestre de Israel en Rafah sería una «catástrofe«. «Advertimos sobre una catástrofe y masacre global que podría dejar decenas de miles de mártires y heridos si se produce una invasión de la gobernación de Rafah». «Responsabilizamos plenamente a la administración estadounidense, a la comunidad internacional y a la ocupación ‘israelí'», agregó un comunicado de la Oficina de prensa del Gobierno de Gaza, controlado por Hamás desde 2007.
Casi 28.000 gazatíes han muerto en más de 4 meses de guerra, además de unos 8.000 cuerpos desaparecidos bajo los escombros, y unos 67.500 resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad de la Franja.