La Orquesta de Córdoba empezará la próxima temporada con un nuevo director titular, el malagueño Salvador Vázquez. Esta semana se ha conocido el nombre de la persona que se encargará de guiar los pasos de la formación tras un periplo complicado en el que los directores invitados han llevado la voz cantante. A sus 37 años, empieza una etapa «ilusionante y llena de retos», asegura, en la que estará acompañado en la gerencia por otro músico, Roberto Pálmer, con el objetivo de «construir, construir y construir» para que la orquesta siga creciendo. Padre de dos hijas de cuatro años y de un mes, atiende el teléfono desde su casa de Málaga, después de dejar a la pequeña en brazos de su mujer, pianista para más señas.

¿Cómo lleva la conciliación familiar?

Ahí vamos, como se puede. Es complicado, pero vamos bien, con mucha ayuda de la familia.

¿Piensa instalarse en Córdoba o seguirá viviendo en Málaga?

De momento, creo que estaré a caballo entre las dos ciudades porque, estando tan cerca, es algo que puede hacernos la vida más fácil, aunque iremos viendo.

¿Compaginará la labor de titular con las actividades que viene desarrollando, dirigiendo otras orquestas?

Yo creo que hay tiempo para todo, hay semanas disponibles y además, me parece importante, tanto para mí como para la orquesta tener un director que esté en otros lugares, porque eso siempre ayuda a crecer.

«Haber tenido directores invitados esta temporada es algo que aporta a los músicos muchos puntos de vista diferentes, distintas visiones del director»




Supongo que ha seguido la evolución de la Orquesta de Córdoba, a la que ha dirigido más de una vez. ¿En qué momento la ve ahora?

En mi opinión, en un momento muy bueno. Haber tenido muchos directores invitados en esta temporada no genera tanta estabilidad, pero si se mira por el lado bueno, es algo que aporta a los músicos muchos puntos de vista diferentes, distintas visiones del director y eso hace que la orquesta vaya a más. Yo mismo lo pude comprobar en noviembre, cuando ya llevaban varias semanas con directores invitados, y estuvo excepcional. Ahora empieza una nueva etapa en la que nos centraremos en trazar un camino, el hilo conductor de por dónde debe ir la orquesta en el sentido artístico y en trabajar cuestiones de sonoridad. Todo ello, sin dejar de contar con la ayuda de buenos invitados que aporten y que den frescura.

Si hubiera un ránking de orquestas andaluza, ¿en qué posición situaría la de Córdoba? 

Uff, para mí estaría la segunda ahora mismo porque soy de Málaga (risas), pero la de Córdoba está en un momento perfecto para buscar nuevas metas artísticas de identidad sonora. He de decir que la Filarmónica de Málaga y la de Córdoba fueron las dos primeras orquestas que dirigí cuando inicié mi carrera profesional, por eso estoy tan emocionado de que me hayan dado esta oportunidad.

«Mi primera meta será preparar una programación que sea interesante para el público y también para la orquesta, quiero contar con la plantilla y enfocarla a un repertorio desde el que empezar a construir»


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De cara al programa de la próxima temporada, ¿en qué autores ha pensado, intentará innovar, incluir nombres más contemporáneos?

Preparar una programación que sea interesante para el público y también para la orquesta será mi primera meta, quiero contar con la plantilla y enfocarla a un repertorio desde el que empezar a construir. De momento, no puedo adelantar nombres porque tengo muchas ideas en la cabeza, pero por supuesto, me gustaría incluir autores actuales, algo que es tarea fundamental de todas las orquestas, y compaginarlos con los grandes conocidos. También me gustaría hacer música española en la medida de lo posible. El repertorio español me gusta muchísimo.

Salvador Vázquez, nuevo director de la Orquesta de Córdoba. CÓRDOBA


¿Qué cree que puede aportar la orquesta al desarrollo cultural de Córdoba?

La orquesta tiene un papel fundamental a la hora de difundir la música y acercar la cultura a la gente, tanto con los conciertos familiares, como con una programación que resulte atractiva e interesante y que haga que el público de la ciudad sienta que tiene un vínculo fuerte con la orquesta, apego hacia ella.

La Orquesta de Córdoba ha atravesado momentos complicados, por cuestiones de distinto tipo, desde laborales a económicas. ¿Le preocupa o espera que este sea un nuevo comienzo?

Estoy convencido de que va a ser así. Ha llegado el momento de remar todos juntos en la misma dirección. Problemas los hay en todas partes, pero no tenemos que centrarnos en eso porque lo que ha demostrado la orquesta es que pese a todo lo que haya pasado, ha hecho muchas cosas muy bien y la prueba es la temporada que está haciendo ahora, que me parece brillante. Tengo muy claro que hay que trabajar en construir, construir, mirar hacia adelante y crecer.

«Ha llegado el momento de remar todos juntos en la misma dirección. Problemas los hay en todas partes, pero lo que ha demostrado la orquesta es que pese a todo, ha hecho muchas cosas muy bien y la prueba es la temporada que está haciendo ahora, que me parece brillante»


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El director Aarón Zapico, que dirigió ayer la Orquesta de Córdoba comentaba en una entrevista que los estereotipos de la música clásica siguen pesando mucho. ¿Usted también lo siente así?

Eso es muy cierto, hay muchos estereotipos y entre ellos, el famoso de que la música clásica es elitista cuando en absoluto lo es, igual que no es aburrida para nada. Yo he visto ejemplos de personas que han ido por primera vez a un concierto de música clásica y han salido alucinados. También hay ideas preconcebidas sobre cómo tiene que ser un director de orquesta, aunque afortunadamente, vivimos en otro siglo y hay cosas que están cambiando para bien. El problema es el desconocimiento, por eso es muy importante esa labor de difusión, de acercarse a la gente. Estoy convencido de que quien prueba la música clásica descubre una nueva pasión, una nueva manera de enriquecerse culturalmente.

¿Conoce al nuevo gerente, Roberto Pálmer? ¿Cree que harán un buen tándem?

Todavía no tengo el gusto, pero ya nos hemos escrito por whatsapp, nos hemos dado la enhorabuena y los dos hemos dicho lo mismo, que tenemos muchas ganas y mucha ilusión de empezar a pilotar la nave.

¿Cómo llegó usted al mundo de la música clásica y cuándo se dio cuenta de que quería ser director?

Empecé muy pequeño, con cuatro años, en la banda del Rincón de la Victoria, en mi pueblo, porque mi padre y mi madre tocaban ahí. No son músicos profesionales, pero me empecé a picar ahí, luego me metí en el conservatorio y en un momento dado, me llamó la atención la dirección. Yo tocaba piano y lo que me gustaba era tocar con gente y al final acabé estudiando dirección de orquesta y aquí estoy.

¿Usted dirige con batuta o sin batuta?

De las dos formas, según el momento, aunque eso es un melón difícil de abrir, como el de la tortilla de patatas con o sin cebolla.

¿Qué música escucha cuando se pone al volante?

Escucho mucha música clásica de mi repertorio porque es lo que más me gusta. Aparte de eso, en este momento, escucho, por razones obvias, muchos Cantajuegos, benditos sean, porque nos sacan de apuros más de una vez.