Los primeros 25 minutos, tras reírse de su entrevistador y abortando cualquier intento de interrupción o cambio de tema, Vladímir Putin los pasó sumergiéndose en uno de sus soliloquios de revisionismo histórico sobre los mitos fundacionales de Rusia y Ucrania, remontándose al siglo IX. Ese fue el pistoletazo de salida que marcó el tono de la anticipada entrevista que el presidente ruso concedió el martes en Moscú a Tucker Carlson, el