El ganador de dos premios Goya por el documental Labordeta, un hombre sin más y el cortometraje Abstenerse Agencias, Gaizka Urresti, se embarca en Terapia de parejas en una investigación sobre el AMOR con mayúsculas. Y en esta labor implica a dos músicos que cantan y lloran a este sentimiento con pasión, Rozalén y Marwán . La experiencia, para el cantautor, ha sido «más que muy enriquecedora».
¿Qué es el amor?
Te daré una respuesta diferente a la que tiene el documental porque allí me salió de sopetón. Para mí, el amor es tantas cosas y tan diferentes para cada persona que dar una respuesta acertada es imposible. A mi edad, el amor es un sentimiento, pero también es una forma de vivir y una forma de entregarse, que es lo contrario a la economía. El amor tiene que ver con dar mucho más que con recibir. Creo que el amor, donde más se refleja, es en el amor de los padres a los hijos, que es dar y dar y dar, y cuidar y cuidar y cuidar. Y te diría que consiste en apoyar férreamente al otro para que pueda florecer y ser y conquistar lo que quiere y lo que desea. El amor es acompañar en los proyectos vitales, en el crecimiento personal. Es acompañar en lo bueno y en lo malo y hacerlo férreamente. Para mí eso es el amor.
El amor, cantas, no solo es una fiesta.
Es lo que me salió para el estribillo pero en realidad hablo de que las relaciones no son siempre una fiesta. Las relaciones son lo que son. A veces, llenan nuestra vida de emociones maravillosas, pero también hay relaciones absolutamente infernales que borran todo rastro de felicidad.
En el documental, las parejas que participan hablan de sentimientos. Tu estas acostumbrado, pero ¿cómo has visto al resto?
A los hombres les costó un poco. Las mujeres eran mucho más abiertas porque tradicionalmente en la sociedad occidental se les ha permitido tener más sensibilidad y mostrar su vulnerabilidad más que a los hombres. Esta frase terrible de ‘los chicos no lloran’ o ‘los hombres no lloran’, define mucho lo que ha sido tradicionalmente todo lo sentimental o todo lo relacionado con el corazón y los sentimientos para los hombres. En el documental se aprecia que los hombres suelen ser menos comunicativos, pero yo conozco muchos hombres que se comunican muy bien a nivel emocional.
En el documental las parejas también pierden el miedo a hablar de salud mental.
Me parece maravilloso ir a terapia de pareja porque no venimos enseñados para manejar ciertas emociones o eventos de nuestra vida. Existe un concepto ultra romántico del amor que daña mucho a los seres humanos en muchos aspectos. En pareja hay que ir bajando al barro y conviviendo porque ahí es donde suceden cosas.
Cuando te ofrecieron este proyecto, ¿qué pensaste?
Me encantó y me cuadraba increíblemente. Yo he consagrado mi vida a hablar de sentimientos. Rozalén y yo tenemos el corazón abiertísimo. Soy un hombre que estoy todo el rato hablando de sentimientos en mis libros, en mi discografía… A los 16 años empecé a hacer terapia para hablar de mi mundo emocional porque no sabía manejarlo y tenía que sacarlo para afuera, y mis canciones han consistido en eso. He sentido que este proyecto me venía como anillo al dedo, sinceramente. He hecho muchísima terapia personal y he investigado muchísimo para poder escribir mejor y más profundamente sobre las emociones y las relaciones. Para mí, el gran tema del mundo es el ser humano y cómo manejarse en la vida. Me fascina la psicología, sinceramente.
Pero tú le escribes y cantas más al desamor que al amor.
Yo canto y escribo a los dos. Quizá me enfoco un poquito más en los temas de desamor porque, cuando uno está en momentos de felicidad, tiende a no acudir tanto al papel y a la guitarra porque las emociones son más tranquilas y amables. Uno, quizá, no necesita encontrar respuestas. En cambio, cuando uno está con más desasosiego, acude al papel en busca de alguna explicación o alivio. Si lo piensas seriamente, muchas veces las canciones sirven para darle belleza al dolor.
Al ver montado el documental, ¿con qué sabor de boca te has quedado?
Me hubiese gustado estar más fino en algunas opiniones [ríe]. Independientemente de mi aportación, me parece increíblemente útil para la gente. He hecho mucha terapia y conozco sus efectos beneficiosos. No venimos aprendidos a la vida y nos encontramos con determinados eventos en el día a dia y con nuestra pareja que no sabemos solucionar. En el documental ves los efectos que tiene una terapia entre dos personas, cómo se empiezan a manejar, cómo se empiezan a entender. No hablo de milagros tampoco, porque ya sabemos cómo es la vida. Las relaciones son difíciles, ¿sabes? Pero enfocándonos desde otro lugar, se cambia muchísimo.
El amor tiene tantas aristas que es fácil verse reflejado.
Claro, más de uno pensará ‘yo he caído en esto y no sabía cómo manejarlo’. O mira, ‘esto yo lo manejaría así’. Más de uno sentirá un poco de vergüenza, de apuro, porque hay cosas que te reflejan. Por eso me parece muy útil porque es enfrentarse a cosas a las que muchas personas no se han enfrentado.
Por hilarlo con tu último álbum, «Canciones para la urgencia». ¿En el amor hay muchas urgencias?
Todo depende del concepto que tenga la persona del amor o lo que esté buscando. Hay gente que está buscando una relación tranquila o un compañero o una compañera de viaje que lo acompañe para construir algo, pero los hay que buscan emociones intensas. Con 44 años uno se empieza a apaciguar, pero las emociones fuertes, a mí personalmente, me siguen llamando mucho la atención.
En el sentido amplio de la palabra, ¿en los últimos años, has tenido mucho amor?
Mi vida está llena de amor, independientemente de lo que cuente en mis canciones. También soy una persona que tiende a vivir exageradamente las emociones malas por mi forma de ser.
¿Para cuándo nuevo poemario?
Pues no lo sé. Lo tengo un poco aparcado, sinceramente. Sé que hay mucha gente que piensa que soy poeta, pero yo soy un músico que escribe poemas. Estoy muy volcado con mi carrera musical y no sé cuándo surgirá un nuevo libro. Sigo escribiendo poemas, evidentemente, pero estoy muy centrada en lo otro.