Lautaro Perotti (Buenos Aires, Argentina, 1975) es el autor y el director de «Nuestros actos ocultos», un «thriller» que inicia gira esta noche (20.00 horas) en el auditorio del Niemeyer. Conversa sobre este trabajo suyo con La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, por teléfono.
¿Qué tal les fue en Madrid con «Nuestros actos ocultos»?
La verdad es que estuvo buenísimo: fue muy bien recibida por el público, localidades agotadas, funciones hermosas… La verdad es que estamos muy contentos.
Si vamos para atrás en el tiempo: ¿dónde nace esta historia?
Esto surgió ya hace unos años: a mí siempre me conmovió la obra «Yerma», de Federico García Lorca. Es una obra que en distintos momentos de mi vida he vuelto a leer y ha vuelto a resonar. No muy conscientemente me doy cuenta un poco ya avanzada la escritura de que había partido de la base de qué le pasó a ella después de haber asesinado a su marido. No le digo que esto sea la continuidad de «Yerma»: no es su historia para nada; pero sí que es verdad que me había dado cuenta de que a partir de ella había dado el primer paso para contar esta historia.
Que no era «Thelma y Louise» tampoco.
No, no, no.
¿Cómo fue la gestación de este proyecto?
Cuando yo lo escribí, no sabíamos cuándo la íbamos a hacer, cuándo la íbamos a montar, pero sí que sabíamos que íbamos a trabajar con Carmen [Machi] y con Santiago [Marín], dos de los actores del espectáculo. Cuando vos escribís sentís todo eso en la cabeza. Después tuvimos que ver el tema de agenda, sobre todo de Carmen. Más adelante, agenda en mano, vimos en qué momento se podía hacer y demás y fue entonces cuando se terminó de completar el elenco con Macarena García. Después, sí, fue un trabajo de ensayos y de investigación sobre el texto y sus peculiaridades, un momento en el que los actores también aportaron muchos casos al espectáculo, tanto del día a día como de su pasado y así fui viendo cómo se transformaban los personajes. Le diría que fue fundamental el grupo de trabajo antes de comenzar los ensayos, porque el reparto ya estaba en mi cabeza.
¿Esto cuánto tiempo fue?
Fueron mes y medio, casi dos meses.
En el Matadero hicieron esta función con gradas enfrentadas, aquí, en Avilés, van a la italiana.
En realidad la obra está pensada para hacerla de las dos maneras. La idea es poder adaptar esta historia de la mejor manera a cada espacio. Cuando se concretó hacer la función en el Matadero, por su tipo de disposición, consideramos que las dos gradas era la mejor manera de contar esta historia. La realidad era que sabíamos que íbamos a tener que trabajar a un frente porque sabíamos que en la mayoría de los espacios es lo que íbamos a tener. O sea, lo que quiero decir es que fue medio gestada de las dos maneras con el objetivo de poder contarla mejor en función de escenario en que estuviese.
El espectáculo nació en el Matadero y comienzan la gira en Avilés.
Eso es. En Avilés vamos a hacer nuestros primer bolo.
Usted estrenó «Rita», la primera función del Palacio Valdés tras la pandemia.
Sí, sí. Me acuerdo perfectamente: con la distancia social, con las mascarillas. Uno lo piensa en la distancia y te das cuenta del amor y la decisión de seguir haciendo teatro y la decisión y el amor de la gente de seguir acudiendo al teatro con esas condiciones: realmente, el antiteatro. La necesidad del público de que le sigan contando historias lo recuerdo como un hecho que me conmovió mucho. «Rita», la obra, la amábamos, la mirada con que el público nos recibió… recuerdo aquellos días como ejemplo de resistencia y de mucho amor. El Niemeyer es un teatro que nunca he actuado, pero que sí que conozco, y espero una nueva experiencia. He ido muchas a Asturias y siempre el público de Avilés nos recibe con mucho amor: el que sentí cuando «Rita» me conmovió desde luego. Se trata de un público muy formado: es un desafío. Son gente de teatro y se siente eso.
El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, parece que quiere hacer desaparecer el teatro en su país.
La cosa en Argentina está muy grave: es una situación muy angustiante y desesperante. Hay alguien en el Gobierno que fue elegido por la gente, pero que parece que no está en condiciones para llevar semejantes responsabilidades. Está destruyendo la economía de la vida diaria de los artistas y, puntualmente, nuestra actividad. Todo en un mes y medio.