Una mujer residente en Castro Urdiales (Cantabria) fue hallada muerta por la Guardia Civil, con signos de violencia, la noche del 7 de febrero. El cadáver se encontraba dentro de su propio coche, que estaba estacionado en su garaje, ubicado en la calle Monte Cerredo, en la urbanización Paraíso 10.
Según ha podido saber El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, se trata de Silvia L. G., una catequista local de 48 años que impartía catequesis en la iglesia Mosaico del municipio y tenía dos niños rusos adoptados. Ambos, de 16 y 13 años respectivamente, han sido detenidos como presuntos autores del crimen.
La mujer habría sido apuñalada por detrás cuando se encontraba en el puesto del conductor. Eso provocó que el coche se chocase contra el muro del garaje. Tras esto, su cuerpo fue trasladado al asiento de atrás y maniatado. Después le colocaron una bolsa en la cabeza.
El marido de la víctima se encontraba en ese momento trabajando en Bilbao. Los dos menores huyeron del lugar de los hechos tras el crimen. Fuentes locales apuntan que los chicos hablaron con su abuela tras el suceso y le dijeron que estaban secuestrados.
Los dos chicos fueron hallados escondidos en un parque del mismo municipio en torno a las 2 de la madrugada por la Guardia Civil. Los chicos, de caracter poco sociable, aún no habrían confesado el crimen. El menor es inimputable por su edad. El mayor es, según fuentes próximas a la investigación, el principal sospechoso de este crimen.