Después de su derrota parlamentaria, que la ha obligado a abandonar al menos temporalmente la llamada Ley Ómnibus con la que buscaba introducir reformas radicales en todos los órdenes de la vida argentina, la ultraderecha presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo. La iniciativa califica al aborto de «delito» susceptible de ser castigado con hasta 15 años de cárcel.