Total, que después de dar muchas vueltas sobre sí mismo y de desatar una tormenta, el gabinete crece hasta los once departamentos, Barbón nombrará a Vanessa Gutiérrez consejera de las mismas áreas que ya llevaba –Cultura, Política Llingüística y Deporte– y deja una decisión pendiente: el nombramiento de una nueva titular de Derechos Sociales y Bienestar para suplir la marcha de Melania Álvarez, que ocupará un escaño del Senado por designación autonómica, el que acaba de dejar vacante Enrique Fernández, ya presidente de Hunosa. Barbón anunció que la nueva componente del Ejecutivo será una mujer sin carné político y que acordará su nombre con IU.
El segundo vaivén de la semana empezó a fraguarse en el aluvión de llamadas de descontento que recogió Barbón desde el lunes –de colectivos de los servicios sociales y la cultura– y se confirmó en la llamada y la reunión que a partir de las ocho y media de la mañana de ayer, antes del Pleno de la Junta, mantuvo el Presidente con el consejero de IU, Ovidio Zapico, perplejo y molesto por el cambio anunciado sin consulta previa y por la falta de comunicación que denunció de su socio en el Gobierno. Después de la tormenta se encontraron, escenificaron la paz con una entrada conjunta en el palacio de la Junta y el presidente aprovechó la pregunta parlamentaria del portavoz del PP, Álvaro Queipo, para contar –esta vez no en la sede de su partido, como el lunes, sino en el Parlamento regional– cómo quedará su gabinete. Zapico aceptó, la oposición se echó encima de los «bandazos» del jefe del Ejecutivo y todo queda en dos decisiones sencillas –una viceconsejera ascendida a consejera y otra sustituida– tomadas por el camino más largo.
En la Junta, el Pleno de ayer traía la primera sesión de preguntas al presidente del año y por registro Barbón estrenaba 2024 respondiendo a Queipo. La pregunta, registrada la semana pasada, le cuestionaba por la resistencia del Principado a cambiar el modelo de gestión de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). El portavoz popular coló al final de su intervención su «perplejidad» por los movimientos y por la puerta que le dejó abierta el líder del PP asturiano entró el Presidente hasta la cocina: «No pensaba contestarle a esto, pero usted ha hablado de la estructura del Gobierno. Recogiendo el planteamiento de las asociaciones culturales y del tercer sector, después de escuchar a todo el mundo y dado que ustedes por una vez van a abandonar la crítica (el PP había dicho el martes que no reprobaría la creación de la Consejería de Cultura), anuncio a la Cámara que habrá una más…».
«No sólo es rectificar, es cambiar», dijo después, ya fuera del hemiciclo. «Prefiero liderar el cambio», añadió, después de «recoger el sentir de la gente, del tercer sector, de la cultura y el deporte, y siendo consciente de que mi principal deseo era que Cultura se elevara a rango de consejería». En ese proceso de escucha recibió muchos parabienes al perfil de Vanessa Gutiérrez como consejera, pero reconoció que «la inmensa mayoría» de las reacciones «eran favorables a que hubiera dos consejerías» para la cultura y los servicios sociales. «Principalmente, es por cumplir con los movimientos sociales», concluyó, convencido de que «ésta es la mejor solución» y asegurando que «estoy muy contento, muy satisfecho». «Las cosas quedan muy bien. Será un organigrama completo, en el que no hay ningún nuevo alto cargo» ni más coste, porque el ascenso de Vanessa Gutiérrez es desde este punto de vista inocuo, habida cuenta de que «las retribuciones de consejero o viceconsejero son las mismas». «Creo que en la vida hay que demostrar capacidad de escucha y ser capaces de tomar decisiones. Esto es liderar y aceptar lo que funciona mejor», concluyó, no sin antes volver a recordar que su segundo volantazo llega «con el aval» del PP, o por su «cambio de criterio», dado que «en agosto decían que tenía demasiadas consejerías y el martes, que no criticaría que se crease una más» para Cultura.
Barbón reafirmó ayer que en su «negociación original» con IU para la configuración del Gobierno se pactó una estructura con diez consejerías. Eso vino a refrendar ayer Ovidio Zapico, desactivando así la negativa que sobre ese particular dio anteayer su portavoz en la Junta, Xabel Vegas. Pero el consejero y líder de la coalición en Asturias también aclaró ayer que por ellos «no pasa nada» por pasar a once si es para resolver las disfunciones que ha generado el rango de cultura como viceconsejería, que comparte «plenamente» el nuevo planteamiento de Barbón y que todo queda zanjado y listo para que todos se pongan «a trabajar».
Se entiende pues que, para llegar hasta aquí, tal vez habría sido más sencillo consultar con antelación la disposición del socio y hacer directamente consejera a la viceconsejera de Cultura, sin rodeos ni rectificaciones. Pero el jefe del Ejecutivo persevera en que «la gestión de la estructura del Gobierno es una competencia del presidente y me gusta rendir cuentas ante mi partido y al socio. Al mismo tiempo que lo expliqué en la FSA, (la vicepresidenta) Gimena Llamedo llamó a Ovidio Zapico. Los que hacían de profetas del apocalipsis y el colapso hoy tienen que recoger cuerda. El verdadero logro es una buena estructura que la oposición no puede criticar, porque la pidió», remata.
Queda un nombre, el de la nueva consejera de Derechos Sociales y Bienestar, que tiene esbozado un perfil. Será una mujer «que tenga conocimientos en materia de lo social» e independiente y su identidad se decidirá previo consenso entre las dos fuerzas políticas que configuran el Ejecutivo de coalición. La elección de alguien ajeno a la militancia política se justifica, según el Presidente, en que «me gusta buscar perfiles independientes». «La condición femenina permitirá que los hombres no superen a las mujeres en el gabinete y que a Adrián Barbón le quepa «el inmenso honor» de «liderar el primer Gobierno igualitario de la historia» de Asturias. Contándole a él, en cuanto se haga efectivo el nombramiento de su nueva componente, el Consejo de Gobierno estará compuesto por seis consejeros y seis consejeras y el runrún de nombres ya ha comenzado. Uno de los primeros es el de la diputada Celia Fernández, que cumple los requisitos por su conocimiento del medio, dado que fue presidenta de Cruz Roja en Asturias de 2011 a 2019, pero no en lo tocante a la militancia política. Fernández se incorporó a la Junta como independiente en la lista del PSOE de 2019, pero después se afilió al partido.
Para la confirmación del nombramiento se baraja como fecha probable el 17 de febrero, unos días antes del próximo Pleno de la Junta, previsto para el 20 y 21 de este mes con la probable inclusión en el orden del día de la votación que debe confirmar la adjudicación a Melania Álvarez de su escaño como senadora por designación autonómica. En el posible calendario de los próximos pasos hacia la normalización del nuevo organigrama figura señalado también el día 22, con la cita de una Conferencia Sectorial de Cultura en la que está previsto el estreno de Vanessa Gutiérrez como consejera.
Barbón se felicita por su ascenso, porque «desde el lunes no he parado de recibir mensajes felicitándome por el nombramiento», y para que no queden dudas, quiso volver a reconocer ayer «la gran gestión» de Melania Álvarez. «Estoy muy orgulloso de que sea nuestra senadora», remarcó después de repetir lo ya dicho el martes respecto a la evaluación continua a que están sometidos, «en permanente examen», los componentes de su gabinete.