A Mauritania, el país del Sahel que alberga más migrantes subsaharianos esperando saltar a Europa, le han caído este jueves 500 millones de euros en diversos compromisos de ayuda de España y la Unión Europea, el destino del norte que buscan los cayucos.

Es el resultado del encuentro que este jueves han mantenido en Nuakchot el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con el presidente de la República Islámica de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani. El país anfitrión ha de hacer un mayor control de la inmigración ilegal en sus costas, y España liberará directa e indirectamente un mínimo de 310 millones de aquí a cinco años, y la UE 232 en ayudas e inversiones más inmediatas, con calendario en 2024.

El pretexto de este chorro de dinero es la ayuda al desarrollo y el despliegue de energías renovables, con gran protagonismo del hidrógeno verde, pero otros tres factores más acuciantes han rodeado -se diría que apretado- el encuentro en la capital mauritana: la oleada migratoria que impacta en Canarias, el avance de la inestabilidad y la violencia en el Sahel y el problema humanitario de la legión de refugiados, medio millón de personas llegadas a Mauritania, que provoca esa inestabilidad.

Así, Sánchez ha anunciado al término del encuentro que España reforzará la cooperación policial «para hacer frente a la presión migratoria», sin dejar de buscar «fórmulas para facilitar la migración regular». Además, ha anunciado un nuevo acuerdo bilateral que supondrá la aportación por España de 60 millones de euros en cuatro años para ayuda a proyectos de desarrollo y 200 millones para proyectos específicos verdes y de energías renovables.

Igualmente, entidades españolas cofinanciarán con el Banco Mundial líneas de crédito por un total de 50 millones de euros. El compromiso de Sánchez con el mauritano Ghazouani implica también impulsar la cooperación de empresas españolas con la administración mauritana y «duplicar la ayuda humanitaria» -ha prometido el español sin especificar cantidad- ante «un aumento significativo del número de refugiados» procedentes de los conflictos en Mali y Níger.

Socio estratégico

«Vamos a desempeñar el papel que nos corresponde», ha asegurado el presidente mauritano, y no ha necesitado dar más detalles. Lo ha dicho no sin subrayar que ,«Mauritania paga un precio muy alto acogiendo los flujos migratorios por la situación de seguridad tan inestble en la región del Sahel». Pedro Sánchez lo ha ratificado: «Mauritania sufre en primera línea las consecuencias de esta situación».

El país africano es «estratégicamente importante para España y para el conjunto de la UE» ha aseverado Sánchez, que atribuye a Mauritania un «papel fundamental como referente de la estabilidad democrática en el Sahel».

Dado el aumento de atentados yihadistas en la gran franja desértica africana, la explosión de refugiados y desplazados internos con las consiguientes crisis alimentarias, el presidente del Gobierno ve más que justificado el plan de ayuda: «La prosperidad en Mauritania es la mejor inversión de cara la seguridad y estabilidad en la región», ha dicho, tras abocetar una «estrategia integral» en la que España y Mauritania comparten «objetivos como la lucha contra el terrorismo y la búsqueda de una emigración ordenada y segura».