Un asteroide se desintegró sobre el continente antártico hace aproximadamente 2,5 millones de años: la evidencia proviene de un análisis químico de más de 100 pequeños trozos de roca extraterrestre, que se han preservado dentro de las enormes capas de hielo. Hasta el momento, solo se conocen otros dos eventos de explosiones aéreas antiguas en el registro geológico, que datan de hace 480.000 y 430.000 años.
Un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Earth and Planetary Science Letters comprueba que un asteroide explotó en el aire sobre la Antártida hace 2 millones y medio de años, siendo el evento de este tipo más antiguo registrado hasta hoy. Algunas de las partículas de roca provenientes del espacio, que se desprendieron durante el estallido del cuerpo celeste rocoso, quedaron atrapadas en el hielo y lograron ser analizadas con distintos métodos químicos.
De acuerdo a un artículo publicado en Science News, aunque las superficies de la Tierra y otros planetas están repletas de grandes cráteres causados por impactos directos de meteoritos, en ocasiones los asteroides no llegan a colisionar contra la superficie y se desintegran en el aire, gracias al efecto protector de nuestra atmósfera y otras condiciones. Sin embargo, como no queda ningún cráter existe escasa evidencia de explosiones en el aire en el registro geológico.
Ondas de choque con poder destructivo
Estos eventos pueden ser enormemente destructivos, a pesar de no existir un impacto directo. Las explosiones en el aire, que ocurren habitualmente a altitudes que oscilan entre varias y unas pocas decenas de kilómetros, transfieren la enorme energía cinética del cuerpo errante a una columna de impacto, una vorágine de alteraciones de presión y calor que puede provocar serias consecuencias en la Tierra.
«Toda la energía se libera en la atmósfera en forma de ondas de choque y radiación térmica«, aclaró en el artículo el científico Matthias van Ginneken, autor principal del nuevo estudio y especialista de la Universidad de Kent, en Inglaterra. Este tipo de fenómeno tuvo lugar en 2013 sobre la ciudad rusa de Chelyabinsk, cuando un asteroide de aproximadamente 20 metros explotó en el aire. Cuando la onda de choque resultante llegó al suelo, destrozó miles de ventanas y provocó heridos y pérdidas materiales.
En 1908 se produjo la explosión aérea más catastrófica y recordada sobre Tunguska, Siberia, cuando un asteroide de mayores dimensiones se desintegró en la atmósfera y arrasó más de 2.000 kilómetros cuadrados de bosque. Ahora, van Ginneken y sus colegas han descubierto evidencias contundentes de una explosión en el aire que ocurrió hace entre 2,3 y 2,7 millones de años sobre la Antártida. Es el evento más antiguo dentro del registro geológico: hasta el momento existían evidencias de dos explosiones sucedidas hace 480.000 y 430.000 años.
Futuras explosiones aéreas
El análisis químico de trozos microscópicos de roca recolectados en el continente blanco permitió confirmar y caracterizar el fenómeno. Las partículas extraterrestres son consistentes con un tipo de asteroide conocido como condrita ordinaria. El equipo de científicos estudió 116 fragmentos, cada uno del ancho de un cabello humano y muchos de ellos de características esferoidales. Para van Ginneken, otras explosiones de este tipo están ocultas en el pasado terrestre, esperando ser descubiertas.
Los investigadores concluyen que las rocas están dominadas por los minerales olivino y espinela. Al mismo tiempo, la proporción exacta de las diferentes formas de oxígeno en las rocas sugiere que se produjeron en una explosión en el aire, cuya columna de impacto interactuó con el hielo. Se sabe que la Tierra es bombardeada con bastante frecuencia por grandes trozos de material extraterrestre: los especialistas creen que eventos del tipo Chelyabinsk y Tunguska ocurrirán cada 50 y 500 años, respectivamente.
Referencia
The identification of airbursts in the past: Insights from the BIT-58 layer. Matthias van Ginneken et al. Earth and Planetary Science Letters (2024). DOI:https://doi.org/10.1016/j.epsl.2023.118562