Las tractoradas de los agricultores se han extendido por el país, complicando el tráfico en vías principales e incluso bloqueando infraestructuras. Y han provocado reacciones políticas. Moncloa ha prohibido a los miembros del Gobierno llamar “ultras” a los manifestantes que cortan carreteras y provocan retenciones por toda España.
De hecho, el Ejecutivo ha mostrado su comprensión, mientras que PP y Vox rivalizan por ver quién es el representante del sector. Moncloa se ha propuesto esta vez demostrarle al campo que está de su parte y así lo ha transmitido la ministra portavoz, Pilar Alegría, que ha recordado que el Gobierno le ha concedido “más de 4.000 millones de euros”.
“Somos conscientes de los distintos problemas a los que han tenido que hacer frente”, ha expresado Alegría. Por eso, respaldan estas movilizaciones, pero aseguran estar trabajando a la vez en la búsqueda de soluciones.
Además, el Ejecutivo ha intentado contrarrestar las acusaciones de la ultraderecha, que vincula las medidas contra el cambio climático al perjuicio de agricultores y ganaderos. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido que los agricultores son los “principales perjudicados por el cambio climático”: “La manipulación por la agenda verde y su impacto negativo en el campo no es correcta”.
El ministro Luis Planas ha defendido el diálogo con las organizaciones agrarias porque “es el único medio de conseguir salir adelante”. Aunque el Gobierno ha evitado criticar con dureza las protestas, sí ha recordado que deben respetar los derechos de todos los ciudadanos.
No llamar “ultras” a los agricultores
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de la comunicación, Moncloa ha instruido a los ministros y a los delegados del Gobierno en todas las comunidades autónomas para evitar culpar a la extrema derecha de la tensión que se vive estos días por las tractoradas de los agricultores.
Les ha prohibido llamar “ultras” a los manifestantes que cortan carreteras para evitar repetir el error de insultar a los transportistas. Varios miembros del Ejecutivo insistieron entonces en que la ultraderecha estaba detrás del paro de los transportistas en marzo de 2022. Hasta el momento, ninguno de ellos ha aportado pruebas de esa acusación.
Admiten ahora que resultó una “grave equivocación” acusar a los camioneros que protestaban de simpatizar con la “ultraderecha”, según declaró la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez, e incluso de “hacerle el juego” a Putin, en palabras de María Jesús Montero. Son declaraciones de ministros que esta vez no se repetirán.
Responder a la protesta “con policía”
Moncloa también ordenó en aquel momento a los representantes del Ejecutivo en los territorios responder a la protesta social “con policía”, algo que irritó a dirigentes socialistas, especialmente en autonomías donde gobernaba el PSOE en ese momento -como Extremadura y Aragón- que recibieron protestas directas de los profesionales en sus zonas.
De ahí, por ejemplo, que además de Raquel Sánchez, también la entonces portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, asegurara que hay reacciones “orientadas” por los posicionamientos de la ultraderecha con acciones minoritarias de transportistas que están “boicoteando” al resto de trabajadores y del sector que intentan garantizar los alimentos esenciales.
Félix Bolaños acusó a Vox de movilizarse para “agitar los problemas”, citando expresamente la huelga de transportistas, a cuyos organizadores reiteró la negativa del Gobierno a mantener una reunión, por ser unos “irresponsables” que buscan “boicotear la cadena de suministro alimentario”.