Así sí hay quien viva. El presidente de una comunidad de vecinos de Estepona se ha asignado un sueldo anual de 86.700 euros. la cosa viene de lejos, ya cobraba 84.000 pero la junta general de propietarios accedió a que se le actualizara el salario. Nuestro héroe adujo que el IPC había subido mucho. La urbanización, Torre Bermeja, de alto nivel, está poblada por extranjeros que utilizan solo unos días o meses al año la vivienda y que suelen delegar casi todo. A lo mejor a la junta de accionistas no va ni el Tato, si es que el Tato puede permitirse una vivienda ahí.
De siempre, poner de acuerdo a la comunidad sobre el color de los toldos, el ajardinado de zonas comunes o el horario de la piscina ha exigido temple, paciencia, artes negociadoras y tiempo, pero se ve que este presidente, o habrá que llamarlo señor presidente, tiene el suyo en mucha estima. La Ley de Propiedad Horizontal solo permite abonar gastos de representación o eximir de las cuotas al presidente, aunque está claro que mister president, británico, no es que haya hecho de su capa un sayo es que ha hecho de su bolsillo un monedero y de Torre Bermeja una república independiente. Le falta nombrar ministros.
De los 109 propietarios solo una mujer ha denunciado el caso. Los demás, o no se enteran o les sobra el dinero. O nuestro protagonista es tan buen gestor que debería ser ministro de Agricultura o subsecretario de Fomento o al menos concejal. O negociar la Ley de amnistía. Ministro portavoz, no, porque no da muchas explicaciones. Escribimos este artículo desde la admiración cuando no de la envidia. Uno no querría ser presidente de una comunidad de vecinos ni por todo el oro del mundo, aunque por 86.700 euros sí, dado que el patrón oro está de capa caída y luego a ver cómo lo vendes. Y donde lo metes: todo el oro del mundo. En Torre Bermeja atan los perros con jamón ibérico y debe pagar unas cuotas de comunidad más abultadas que la hipoteca de un mortal medio. Si los vecinos se han enterado de esta noticia harían bien en reclamarle que se gane el sueldo: que revise una a una las adelfas y palmeras y que haga un censo de los bichitos del césped. O a lo mejor les importa un carajo. Se les vendió tranquilidad y vistas a la mar serena.