La mujer que quisiera tenía hasta el 2 de febrero para acudir al Centro Municipal de Servicios Sociales en Tomelloso, pagar una cuota de inscripción de 10 euros y elegir uno de estos cursos: ‘Corte y confección’, ‘Manualidades’, ‘Cocina y alimentación’, ‘Restauración y tapicería’, ‘Peluquería’, ‘Telares’ o ‘Estética’. Empezaban este lunes. La imagen del cartel del ayuntamiento gobernado por PP y Vox, que se ha hecho viral por «ofrecer labores estereotipadas», ha recordado a aquella Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer, una institución pública que se destinó a la formación de mujeres con el objetivo de prepararlas como madres y esposas en el hogar.
El Instituto para la Segunda Enseñanza de la Mujer en Barcelona fue pionero en esto. Corría el año 1910 y su objetivo era «la ampliación de la enseñanza que se da en la escuela primaria, por medio de la cultura general a que atiende el plan oficial de estudios del Bachillerato«. Claro que, al tratarse de chicas, completaba esta formación con «materias específicas, prácticas e intuitivas». En la distribución de las asignaturas pensadas para ellas, la catedrática Consuelo Flecha García comprobó que, además de las establecidas por el plan de estudios oficial, «aparecían las de labores, arreglo del hogar, cocina y mercado, y enfermedades técnicas, seguramente para que las alumnas que se matricularan pudieran reconocerse en ellas con mayor facilidad».
Fue el primer Centro Cultural de Segunda Enseñanza oficial femenina que se abría en España y, con esto de que fueran estudios separados de los chicos, contribuyeron a que más mujeres se decidieran a cursarlos allí. Después vendría, en la misma ciudad, el Instituto femenino local Infanta Cristina. Mientras, en Madrid, la Ley de Presupuestos de enero de 1911 planteó creación oficial de la Escuela del Hogar y Profesional de la mujer en Madrid. Con ella se pretendía que las mujeres salieran formadas para la vida del hogar y con una instrucción científica, artística y práctica con la que pudieran ejercer profesionalmente. Así que lo mismo tenían ‘Historia’, ‘Geografía’ o ‘Química’, dentro de las enseñanzas generales, como ‘Corte y confección de vestidos y de ropa blanca’, en el apartado de enseñanzas profesionales. Las Enseñanzas del hogar tenían también lo suyo. Eran dos cursos trimestrales, que se distribuían en dos grupos: el primero con ‘Higiene’, ‘Puericultura’, ‘Remedios caseros’ y ‘Asistencia de enfermos’; y el segundo ‘Economía’, ‘Contabilidad doméstica’, ‘Confección y entretenimiento de ropas de uso diario’ y ‘Arte culinario’.
El primer gobierno de la Segunda República decidió convertirlos en centros mixtos, abriendo su matrícula a chicos durante el curso 1931-1932. Pero fue por poco tiempo. Durante la Guerra Civil, en la zona de Franco, volvieron a restablecer la existencia de institutos femeninos. A través de una disposición de septiembre del 36, estaba regulado que «en aquellas poblaciones donde hubiera más de un Instituto se dividiera la población escolar, destinando un centro a los alumnos y otro a las alumnas». Se prohibía así la enseñanza mixta en el bachillerato.
Sección Femenina
Con Franco victorioso, y asumiendo el mando único y «todos los poderes del nuevo Estado», se crearon anexos a los Institutos Femeninos donde se impartían asignaturas obligatorias para las alumnas que cursaban Bachillerato. Una tarea que, como escribía Casilda Bustos de Finat, condesa de Mayalde, en el número de la ‘Revista Nacional de Educación’ de marzo de 1941, correspondía a la Sección Femenina de F.E.T. (Falange Española Tradicionalista) y de las J.O.N.S. con las Escuelas del Hogar.
Ellas serían las encargadas de «educar a la mujer en el sentido del hogar, encauzarla hacia la misión que le es más propia, capacitándola para que no tenga que abandonar su casa y pueda, desde ella, ayudar con su trabajo al sostenimiento de la familia«. «Todo aquello que significa confort, agrado, economía y belleza del hogar, propiamente dicho, es lo que enseña la falange a sus mujeres en estas escuelas», añadía.
La delegada nacional era Pilar Primo de Rivera (hermana de José Antonio Primo de Rivera), quien apostó por que las mujeres cumpliesen una única misión en la tarea de la patria: el hogar. Debían ser personas sumisas y discretas. Silenciosas. Que creasen relaciones donde el hombre no se sintiera amenazado y, por supuesto, que no estuvieran solteras. De ser así, debían cuestionarse si «el problema no estaría» dentro de ellas, pese a que los altos mandos sí lo eran (Primo de Rivera murió soltera).
Begoña Barrera, investigadora y doctora en Historia Contemporánea, explicaba a raíz de la publicación de su libro ‘La Sección Femenina (1934-1977). Historia de una tutela emocional, cómo el adoctrinamiento de las mujeres y el corsé emocional que les impuso, fue un «elemento clave» en la estabilidad de la dictadura de Franco. Para eso, estudiaban asignaturas que eran, según la condesa, «solamente necesarias para el buen gobierno de la casa». Para la «formación moral» tenían ‘Religión’, ‘Nacional Sindicalismo’ e ‘Historia de España’. «En cuanto a la labor práctica», estudiaban ‘Economía doméstica’, ‘Corte y confección’, ‘Lavado’, ‘Plancha’ o ‘Puericultura e higiene’. Todo destinado para la vida doméstica y, como en el caso de los cursos de Tomelloso, única y exclusivamente para mujeres.
La polémica en Tomelloso
Las quejas del cartel de Ayuntamiento de Tomelloso, en el que gobiernan PP y Vox, también han llegado al pleno. Unidas por Tomelloso denunciaba este martes el «machismo en las actividades propuestas para las mujeres». También varios cargos del Partido Socialista han criticado la programación, como Sara Simón, actual consejera de Igualdad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que, a través de sus redes sociales, ha tildado la temática de «un ataque intolerable a la igualdad», al ser actividades dirigidas «solo a mujeres». «Ya hay instituciones promoviendo una visión estereotipada y machista sobre las mujeres», ha dicho, asegurando que «vuelven a decirnos que lo nuestro es solo cocina, la estética o las manualidades, como si retrocediéramos un siglo». El regidor municipal, Javier Navarro, ha respondido a las acusaciones echando acusando a la anterior alcaldesa de haber aprobado estas actividades que llevan años en la ciudad: «Se trata de una programación mantenida desde el pasado año 2022, cuando Inmaculada Jiménez -ahora secretaria general del PSOE en Tomelloso- gobernaba en nuestro municipio».