Dice que la víctima se sintió avergonzada por haber tenido un encuentro sexual esporádico

BARCELONA, 7 (EUROPA PRESS)

La defensa del futbolista Dani Alves, Inés Guardiola, ha asegurado que la joven que lo denuncia por una agresión sexual el 30 de diciembre de 2022 en una discoteca tiene un discurso «distorsionado y aprendido».

Así lo ha dicho durante su informe final este miércoles en el juicio en la Audiencia de Barcelona, en el que ha sostenido que su declaración está «llena de contradicciones y no se ajusta a la realidad».

«Su versión no reúne los requisitos para ser considerados como una prueba de cargo. Carece de confirmación y es contraria a la prueba documental y a declaración de los testigos. Es un discurso parcial, evasivo e instrumentalizado que carece de verosimilitud», ha añadido.

Guardiola ha puesto en duda las respuestas de la víctima cuando respondía a la defensa, ya que «reiteraba que no se acordaba de todo lo que preguntaba para no caer en contradicciones».

La denunciante y sus amigas declararon que no sabían quién era Dani Alves cuando les invitaron al reservado, a lo que la defensa ha explicado que en dos ocasiones la víctima quiso hacerle una foto: «Si no sabía quién era él, ¿para qué quería hacerle fotos?».

Una vez en el reservado, Guardiola ha relatado que, según las cámaras de seguridad, «no se la vio nada incómoda, ni por su forma de bailar ni por el contacto íntimo corporal».

«Hay 17 minutos que evidencian sin duda la sexualización del comportamiento de los dos. Se abrazan en varios momentos, bailando pegados y con un sinfín de movimientos de carácter sexual, que muestran interés y atracción sexual mutua», y ha añadido que en varias cámaras se ve cómo ella busca al acusado y se acerca a él varias veces.

Cuando Alves iba al baño donde se produjo la presunta agresión sexual, la chica «acudió al baño sin él realizarle ninguna señal ni gesto», y la víctima, durante su declaración, negó que hubiera besos, pero varios testigos de los Mossos d’Esquadra declararon en el juicio que ella les dijo que sí.

Una vez en el baño, la denunciante declaró que no había hecho ninguna felación al jugador de fútbol, aunque, según los informes médicos, la denunciante tenía ADN de él en la boca tres horas después del encuentro con Alves: «Los restos biológicos corroboran que le ha realizado una felación».

La denunciante también dijo que había habido actos de violencia durante el encuentro en el baño, aunque no hay acreditada «ninguna lesión en sus genitales internos ni externos», pero sí se encontraron huellas dactilares que corroboran la posición en la que mantuvieron relaciones sexuales según la versión de Alves.

HERIDA EN LA RODILLA

La amiga y la prima de la denunciante explicaron que la víctima se hizo una herida en la rodilla durante la agresión sexual, y Guardiola ha sostenido que «las propias características de la lesión resultan incompatibles con la versión de la víctima, que alegó que la había tirado de golpe al suelo».

«Esta herida es una herida tras un roce más o menos continuado o una fricción de tejidos sobre superficies rugosas. Puede ser mientras practicaban la relación. Se trata de una herida después de un mecanismo de frotamiento con cierto movimiento», ha sostenido.

Además, las bofetadas relatadas por la víctima son «incompatibles» con la declaración de varios testigos que la vieron salir del baño y no observaron ninguna rojez.

«Quieren presentarlo (a Alves) como un acechador. No es cierto, lo han demostrado las cámaras», según Guardiola, y ha añadido que seguramente la víctima se sintió avergonzada por haberse desinhibido y mantener un encuentro sexual esporádico, en sus palabras.

REPARACIÓN DEL DAÑO

Respecto a la reparación del daño, ha alegado que el futbolista envió 150.000 euros daño antes del juicio, y ha defendido que el acusado «ha mantenido en todo momento un esfuerzo reparador».

Por eso, Guardiola ha pedido 50.000 euros de responsabilidad civil a causa de las secuelas físicas y psicológicas.

ALCOHOL

Respecto al estado de embriaguez de su representado, alega que varios testigos, entre ellos la mujer y responsables de la discoteca, observaron que Alves había perdido las capacidades cognitivas a causa del alcohol.

«Las conclusiones de los peritos objetivan que en el momento de los hechos Alves tenía una intoxicación etílica y las capacidades cognitivas alteradas», ha manifestado la abogada.

Para acabar, ha dicho que durante el juicio nunca se ha querido juzgar la actitud de la víctima: «Esta defensa es consciente de los debates sociales que hay en los delitos contra las libertades sexuales».

«El consentimiento previo debe ser analizado y tener en cuenta si hubo o no consentimiento. Nadie está juzgando si hizo bien o si hizo mal en entrar al baño o cuando bailó con el acusado. No se ha cuestionado ni hemos calificado la reacción al salir del baño. Nadie juzga si sintió equivocación al tener sexo en un lugar público con un desconocido. Nos hemos limitado a describir su comportamiento», ha zanjado Guardiola.