La declaración de Joana Sanz, mujer de Dani Alves, en el juicio contra su marido en la Audiencia de Barcelona ha apuntalado uno de los principales argumentos de la defensa del jugador para intentar atenuar una posible condena. El jugador mantiene que las relaciones fueron consentidas, pero su abogada, Inés Guardiola, ha introducido en su escrito el atenuante de que el futbolista había consumido mucho alcohol la noche en que conoció a la denunciante en la discoteca Sutton. De esta forma, pedirá que se le aplique el atenuante de alcoholismo para rebajar una hipotética pena.
En esta línea, Sanz ha explicado en el juicio que, cuando el jugador llegó a casa sobre las cuatro de la madrugada, «olía a alcohol«, iba «muy borracho», se chocó contra el armario de la habitación y cayó desplomado en la cama. Ella estaba despierta pero no hablaron «porque en el estado en el que estaba no era posible», ha asegurado.
Sanz ha recordado que está casada con Alves desde 2017 y que el domicilio familiar lo tienen en Barcelona. Según ha explicado, a finales de 2022 su madre estaba muy enferma y por ese motivo había viajado junto con su marido a Tenerife, justo cuando él acababa de volver del Mundial de fútbol. «En cuanto a pareja estábamos bien», ha explicado ante el tribunal. Sanz ha añadido que volvieron a Barcelona el 29 de diciembre los dos juntos, a pesar de que, hasta esta momento, las informaciones que habían trascendido del caso la situaban aquella madrugada en Canarias.
«Llegó a las cuatro»
Ha declarado Sanz que aquel 30 de diciembre Alves se fue a comer con sus amigos. «Luego habíamos quedado para cenar pero no lo vi hasta las cuatro de la madrugada, cuando llegó a casa». Lo hizo «muy borracho» y cayendo desplomado en la cama. La modelo ha añadido que durante la noche había intercambió mensajes con su marido. Al día siguiente se despertó tarde y le explicó que había estado con sus amigos en el restaurante Taverna del Clinic. «No me dijo nada» del Sutton, ha asegurado.
La modelo también ha explicado que el último mensaje que le envió el jugador fue sobre las once de la noche y que es falso que hubieran discutido, como ha trascendido.
«Bebió mucho»
En la misma línea, el amigo que acompañaba a Alves en el Sutton, Bruno Brasil, ha subrayado que el jugador iba bebido y que por eso no condujo hasta la discoteca. Según ha explicado, él y otros dos colegas habían quedado para comer ese día y durante toda la tarde estuvieron consumiendo botellas de vino, whisky y gintónics, hasta que se separaron.
En su declaración, Brasil ha remarcado que él condujo el coche aquella noche hacia la discoteca, ya que el jugador había «bebido mucho» durante toda la tarde y ha añadido que conocieron a la víctima y sus amigas en el reservado y que Alves estuvo bailando con ellas.
«No me explicó nada»
A preguntas de la fiscalía, ha relatado que vio al jugador ir hacia el lavabo y que la denunciante acudía después, quedándose él afuera con las amigas. Minutos más tarde, ha añadido, que Alves salió del baño y se puso a bailar con él y las chicas. Después la denunciante y su prima se despidieron, mientras que el jugador y él siguieron un rato más en el reservado.
Más tarde, ellos decidieron irse, ya que habían consumido demasiado. Él volvió a conducir para llevar a Alves a su casa. Al salir de la discoteca, ha asegurado que el pasillo estaba muy oscuro y que no vio a la denunciante llorando junto al portero. Alves, ha añadido, no le explicó qué había sucedido en el baño.
Una foto con una mesa llena de botellas
A preguntas de la abogada de la denunciante, el testigo ha admitido que el jugador no le dijo por qué había ido al baño. También ha asegurado que cree que la víctima y sus acompañantes sí sabían quién era Dani Alves porque «mucha gente intentaba hacer fotos» en el reservado.
En esta segunda sesión también han declarado los amigos con los que Alves quedó aquella tarde, junto con Brasil. Uno de los testigos, Ulises Rocha, ha aportado una imagen captada con su teléfono móvil en la que se ve a los cuatro amigos ante una mesa llena de botellas de alcohol. El otro conocido también ha explicado que «el estado en el que entró Alves en el restaurante no es el mismo que en el que salió». La defensa de Alves ha entregado al juzgado como prueba las facturas de los restaurantes y bares de copas en los que estuvieron para acreditar este consumo.
«No lo vi como siempre»
Junto a la mujer y los amigos del acusado, también se ha podido escuchar otra declaración que abona la tesis de la embriaguez del jugador. El responsable de sala del Sutton la noche ha explicado que atendió a Alves, un cliente habitual. «Aquel día no lo vi como siempre», ha asegurado. El testigo cree que «había bebido o tomado algo». Este empleado también estuvo con la víctima tras la agresión y le preguntó si quería denunciar, aunque ella repetía que no, ya que «nadie la iba a creer».