Cristina Gutiérrez ha tenido un mes de enero muy intenso, con su victoria en la categoría Challenger del Dakar, la presentación de su mega proyecto con Dacia para 2025, junto a Nasser Al-Attiyah y Sébastien Loeb y por último, su plan para competir con McLaren en Extreme-E.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Lo de Dacia se lleva maquinando un año y ya lo tenía más asimilado y lo de McLaren ha sido surgido en los últimos meses, se negoció en pleno Dakar y eso lo hizo un poco más interesante, ¿no? Fue emocionante porque al final conseguimos ganar el Dakar y justo dos semanas después llegó el anuncio de lo de McLaren.
¿Recuperada? Creo que el Extreme-E le va a dejar poco tiempo para descansar…
Sí, la semana que viene tenemos ya la primera carrera en Jeddah. Estoy muy contenta porque mi compañero es Mattias Ekström, un gran piloto del que voy a aprender, y McLaren es un equipo histórico, con una gran profesionalidad allá donde va. Ya lo he podido vivir, he estado en Inglaterra viendo sus instalaciones, son la élite del motor.
¿Cómo recuerda el último día de carrera en el Dakar, cuando ganó el Touareg casi sin esperárselo?
¡Fua! Con muchísima emoción. Durante todo el Dakar me sentía competitiva para poder ganar, pero es verdad que afrontamos la última etapa con 25 minutos de desventaja y sabía que tenía que pasar algo para aspirar al triunfo y que siendo una etapa tan corta la probabilidad era muy pequeña. Pero también pensaba que mi compañero aún no había tenido ningún problema en toda la carrera y eso también forma parte de la estadística, así que nunca perdí la esperanza. Llegué a meta tranquila, sin saber nada ya que mi compañero salía por detrás. Vi todo el revuelo de periodistas y me enteré de que podía ganar, fue un poco shock. Y cuando ya fue oficial me dio por saltar y gritar, lo celebré con el equipo. Debo reconocer que empecé a asimilarlo al cabo de la semana.
¿Qué le ha parecido este Dakar? ¿Confirma que ha sido el más duro de los cinco en Arabia?
Cada piloto tiene su propia experiencia y depende también de cómo te vaya el rally personalmente, si tienes averías o no. Pero centrándonos en el recorrido, sin duda ha sido el más duro de los de Arabia, con muchísimos kilómetros. El perfil de etapa era totalmente diferente de un día a otro, con cambios de ritmo increíbles, de ir a 10 por hora en las piedras más grandes que os podéis imaginar, a de repente una sección de dunas muy técnicas. Luego la novedad de la etapa maratón de 48 horas, con mucha estrategia y mucho desgaste en la gestión.
Con su victoria ha roto moldes en un rally donde las mujeres son aún minoría ¿Se siente pionera?
Bueno, en este deporte somos poquitas. Cuando yo empecé me faltaban esos referentes para tener confianza. Estaba Laia (Sanz) y yo siempre la seguía con atención. Con las chicas que estamos ahí ahora mismo, creo que las niñas que suben tendrán otra mentalidad para ver posible entrar en este mundillo. Al final necesitamos ver esa normalidad. Es importante tener referentes y en este caso tenemos la suerte de poder inspirar y transmitir valores, ayudar a que otras cumplan sus sueños.
¿Entre las mujeres del Dakar se apoyan, hacen piña en el vivac?
Siempre hace ilusión que vengan más chicas al Dakar. Este año ha habido algunas que se estrenaban en el rally y les decíamos, si necesitáis algo, aquí estamos para ayudar. Lo bueno de este deporte es que somos una familia todos, hombres y mujeres, es lo bonito. Se puede competir de tú a tú y no hay categoría ni femenina ni masculina.
¿Qué es lo mejor y lo peor de una carrera como el Dakar?
Yo uniría lo mejor y lo peor, porque todo lo malo que te puede pasar en el Dakar, lo puedes usar en tu vida a nivel positivo. Cualquier fallo que tengas, cualquier situación de estrés, como por ejemplo lo que nos pasó en el río el año pasado, todas estas situaciones al final, si las transformas a algo positivo, te pueden enseñar una lección y te pueden enseñar que al año siguiente, pues saber solucionar ese problema o saber mejorar en ciertos aspectos. El Dakar te pone en situaciones de supervivencia o estrés que te obligan a madurar como persona y adquirir valores que en la vida te sirven para tu día a día.
¿Qué se siente abrazando el Touareg en casa?
Increíble. Siempre sueñas con ganar un Dakar, pero lo dices con respeto, porque esta carrera no es fácil, hay un cúmulo de situaciones y factores que pueden decantar tu suerte. Y una vez que lo consigues es como que todo el trabajo de tantos años se ve reflejado en el Touareg. Llevo 14 años en competición y es como una guinda de pastel perfecta, sobre todo para hacer el cambio de categoría. Pero también debo decir que si no hubiera conseguido, me llevaría haber disfrutado de cada paso que he ido dando, sin obsesionarme con el Touareg.
¿Dónde lo guarda?
De momento está apoyado en una vitrina, no tiene mucho espacio, pero aún estoy pensando dónde ponerlo.
¿Cómo se gestó el proyecto con Dacia? ¿Quién apostó por usted?
En marzo del año pasado estaba compitiendo en Abu Dhabi y recibí una llamada. Me hablaron del proyecto y no me esperaba que quisieran contar conmigo. Que un equipo oficial te ofrezca un T1+, que es la máxima categoría, es sorprendente. Cuando me empezaron a contar detalles estaba Sebastián Loeb, pero todavía no habían contratado a Nasser Al-Attiyah. Estoy superagradecida por la oportunidad. Es fantástico que una marca decida apoyar a una mujer y joven y asumir un riesgo, entre comillas, porque tenían muchos pilotos donde elegir y era más fácil coger a un Peterhansel o a un Sainz, por ejemplo. Por mi parte se lo vamos a devolver en forma de confianza, de resultados, de ayuda o de lo que haga falta. Les estaré agradecida siempre.
¿El hecho de haber competido y ganado el Extreme-E junto a Loeb también influyó?
Seb ha sido un puntal importante siempre, porque desde el principio hicimos muy buena piña. Compitiendo dos años juntos vimos que compartimos muchos valores. Nos llevamos bien y somos amigos. Él también ha dicho en alguna entrevista que ha visto potencial en mí y es de agradecer que eso lo transmita a la marca. Es un súper honor.
Está viviendo el momento más dulce de su carrera, pero no siempre lo ha tenido fácil para conseguir patrocinadores. Llegó a anunciar que se retiraba…
En estos 14 años ha habido momentos muy duros, de decir que ya no podía seguir compitiendo porque no daba el presupuesto. He tenido la suerte de rodearme bien, de gente que me aporta muchísimo, ya sean amigos o familia. Creo que cuando uno solo no puede, tener ese soporte y esa ayuda psicológica hicieron que no tirase la toalla y son la clave de que yo ahora esté donde esté. Siempre digo que en los momentos malos es cuando más fuerte tienes que estar y cuando más te tienes que apoyar en la gente que tienes alrededor.
¿De dónde le viene la afición por el motor?
De mi padre. Siempre le han encantado las carreras. Cuando era muy chiquitita había una pequeña moto en casa y yo le preguntaba ¿puedo subirme?. Y él me respondía “claro, claro, súbete”. Me ayudó desarrollar mi pasión porque él nunca tuvo la oportunidad de correr y me transmitió su ilusión por poder hacerlo.
¿Quiénes son sus referentes en este deporte?
Sin duda, María de Villota. Tuve la suerte de conocerla antes del accidente y me impactó su forma de ser. Después todo lo que tuvo que pasar y el momento en el que le llegó el accidente, fue muy duro. Siempre la he tenido ahí como figura. Luego, por supuesto, Laia Sanz también ha sido un gran referente en el Dakar y obviamente, Carlos Sainz ha sido también un gran apoyo, me ha ayudado mucho. He aprendido de la fuerza y resiliencia que él tiene.
¿Lo de Sainz, ganar el Dakar y además con cuatro marcas distintas y seguir siendo tan competitivo a los 61… es de otro planeta ¿no?
Desde luego, Carlos es de otro planeta y no solo por lo que está consiguiendo a nivel deportivo, sino por la mentalidad que tiene y por mantener esa motivación durante tantos años. Es un ejemplo para todos y no solo para el mundo del motor, sino para todos los deportistas en general.
¿Cuál es el mejor consejo que le han dado en su carrera deportiva?
Fue en mi primer Dakar y me lo dio Lucas Cruz. Obviamente, nuestro objetivo era terminar, pero para que me diera cuenta de los ritmos y del respeto que había que tenerle a este rally, me dijo: “Tienes que ir tan despacio que te aburras”. Y claro, me impactó porque estábamos compitiendo, pero lo entendí y lo cumplí. Y luego otro buen consejo fue que buscase un buen abogado dentro de este mundillo.
Queda mucho para el próximo Dakar, pero sin duda será especial, ¿con qué objetivos llega a Dacia?
Desde la marca también me han transmitido tranquilidad y simplemente me quiero sentir cómoda con el coche. Y creo que si conseguimos ser competitivos, estar cómodos, los resultados van a llegar y regularidad también creo que va a hacer que hagamos un buen resultado en el Dakar. No quiero ponerme un top X porque no me gusta sin haber probado el coche.
¿Cuándo lo van a probar?
Empezamos ya en marzo, con los primeros test, estamos ansiosos.
¿Se ve peleando de tú a tú con los grandes de la categoría en unos años, ganando un Dakar absoluto?
Son palabras mayores, pero tengo la suerte de tener un proyecto y un coche que va a poder luchar. Si hacemos las cosas bien, lo podemos lograr. Sería posible estar arriba, aunque no sé si para ganar un Dakar, porque ya no solo hace falta ser rápido, sino que entran en juego otros factores. Incluso Sebastián (Loeb) lo lleva intentando 8 años y todavía no ha ganado ninguno. Así que digamos que si usamos bien nuestras armas, podemos ser competitivos.