La aerolínea canaria Binter está decidida a expandir su radio de acción con el salto que ha dado la semana pasada a Madrid. La empresa nacida en 1989 como filial regional de Iberia y vendida en 2022 a un grupo de empresarios del archipiélago ha abierto base en la capital, con cuatro vuelos diarios a Tenerife y Gran Canaria.
El ambicioso plan de expansión cuenta con el respaldo financiero de grandes entidades como Santander, BBVA o Caixabank. Y la empresa, que ha adquirido 11 nuevos aparatos, aspira ahora a captar el tráfico que pueda tener que ceder Iberia si finalmente formaliza la compra de Air Europa. La idea es hacerse con un 20% de la cuota en la ruta.
La compañía, un referente en el transporte aéreo entre las diferentes islas del archipiélago, dio el salto en 2018 a la Península con vuelos ahora a 18 destinos nacionales. Pero su llegada a Madrid pretende servir como trampolín para aumentar sus operaciones y abre la puerta a competir en otros trayectos con las grandes aerolíneas.
El 70% de sus pasajeros son canarios y un 30% peninsulares. «Ahora esperamos que el mix se invierta un poco y esperamos tener más pasajeros peninsulares de negocios y business, un perfil que coincide más con nosotros», trasladaba el viernes Santiago Guerra, coordinador general de Binter Canarias, durante un encuentro con periodistas.
¿Quién está detrás de esta aerolínea regional?
La transacción de la filial de Iberia a un grupo de empresarios canarios se realizó hace más de dos décadas por 52,6 millones de euros. Societariamente, Binter es un sistema de empresas. No se trata un holding al uso en el que las filiales dependen de una matriz, sino que todas las empresas que lo forman pertenecen a los accionistas a través de varias sociedades.
El presidente Rodolfo Núñez, que accedió al cargo en 2020, es el accionista mayoritario. La influyente familia canaria Del Castillo vendió en 2021 su parte de la empresa y se desvinculó del proyecto tras 18 años en el mismo. El resto de accionistas ejerció entonces su derecho preferente de compra y procedió a repartirse el 19,44% del capital que controlaba el family office Casticapital.
El economista tinerfeño y expresidente de Caja Canarias case sitúa en la cúspide de la empresa y controla más de un 60% de las acciones. Por un lado, a través de Islamar Tenerife SL -de la que es administrador único- tiene un 49,82% del accionariado. Por otro, controla un 13,8% adicional de la empresa a través de la sociedad RNR Lareinuam.
Entre el resto de miembros del accionariado figuran desde empresarios dedicados al mundo de los hoteles, a la construcción o la logística. El hotelero gran canario y vicepresidente de la empresa, Alfredo Morales, posee un 12,76% a través de la mercantil Flapa.
Asimismo, Satocan Logística es otra de las sociedades que controla un 13,32% de la aerolínea. Al frente del grupo está el empresario Juan Miguel Sanjuan Jover, vinculado también a la constructora Sacyr, donde es accionista en alianza con la petrolera Disa.
Un 10,11% más del capital está en manos de German Suárez Investments SL, un grupo familiar fundado en 1978 dedicado al sector naviero. Al frente se encuentra el presidente de Astilleros Canarios SA (Astican), Germán Suárez Calvo, hijo del empresario Germán Suárez Domínguez, fallecido en 2019.
Entre la quincena de empresas que conforman el grupo, hay una que se dedica a la prestación de servicios de mecánica, reparación y fabricación de piezas. También cuentan con una firma dedicada a los servicios de asistencia en tierra y de rampa (handling), así como otra compañía que presta servicios tecnológicos y de ciberseguridad, o una destinada a la formación de las tripulaciones y personal técnico.
«No somos una low-cost«
La estrategia comercial de la empresa pasa por marcar la diferencia en el trato al cliente. «Se trata de volar en lo que llamamos ‘modo canario‘. Nuestro modelo es la diferenciación, con un modelo de avión menos ruidos, con filas de dos asientos, con separación más amplia y la maleta incluida«, relató Guerra. «Nosotros no vamos a competir vía precios, no somos una low-cost. Creo que es un precio razonable para el servicio que damos», aseveró.
El principal mercado de la compañía, el transporte de residentes entre las islas, se encuentra regulado y subvencionado. Las Obligaciones de Servicio Público (OSP) que opera están sufragadas al 75% por Estado, por lo que los viajeros solo pagan un cuarto del precio del billete.
La empresa, con más de 2.000 trabajadores, no descarta tampoco enlazar Madrid con otras islas del archipiélago al margen de Tenerife y Gran Canaria. Eso sí, antes dicen necesitar que el gestor aeroportuario Aena amplíe los horarios de funcionamiento de los aeródromos de Lanzarote, Fuerteventura o La Palma, que cuentan actualmente con limitaciones. «Son aeropuertos con flujo de pasajeros y visitantes mayor que aeropuertos de la Península, pero requiere dotarlos de más medios como policía, seguridad o bomberos», enfatizaba Guerra.
«Estudiaremos cada oportunidad»
Dentro del plan de expansión no se cierran tampoco a otros destinos como Valencia o Sevilla. «Cada oportunidad que se nos presente la estudiaremos. Los destinos peninsulares nos han dado un laboratorio de pruebas», añadía. De momento van a ciudades como Vigo, San Sebastián, Murcia o Zaragoza. «Tener una base en Madrid nos permitirá dar saltos a otros sitios y competir de tú a tú», añadía.
De momento, la empresa cuenta con una flota de 28 aviones ATR y otros diez del fabricante brasileño Embraer E192-E2 con los que vuela a 18 destinos nacionales. Con todos esos aparatos, es capaz de realizar 251 vuelos diarios y llegar hasta los 285 en verano. La compañía une los aeropuertos de Tenerife Norte y Gran Canaria con 42 vuelos cada jornada y, fuera de España, van a las ciudades francesas de Lille y Toulouse, y a la italiana Venecia, así como a destinos de Portugal y el África occidental.
En 2022 llegó a transportar cinco millones de pasajeros y, para 2024 tiene 91.117 vuelos programados, con 7,5 millones de asientos. Solo en corredor que une las islas con Madrid son 770.000. «Somos moderadamente optimistas y ambiciosos dentro de lo que cabe», resaltaba Guerra.
En la empresa también presumen de que mantuvieron servicios activos durante lo más duro de la pandemia y no tuvieron que recurrir a mucha financiación ni a rescates públicos como el de 475 millones de euros que recibió Air Europa por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La aerolínea fue una de las que más rápido se recuperó de la pandemia en número de pasajeros.
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