Las idas y venidas sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los tiras y afloja, han sido tantos que cuesta saber si la de ahora será la oportunidad definitiva. Pero lo que está claro es que la mediación de la Comisión Europea ya ha tenido efectos. El primero, volver a sentar en una mesa al ministro de Justicia, Félix Bolaños, y al negociador del PP, Esteban González Pons, después de más de un año sin hablarse. El segundo, que se haya confirmado un nuevo encuentro para el día 12 de febrero, justo dentro de siete días, donde los dos tendrán que poner encima de la mesa propuestas y avances. El PP, según ha podido confirmar El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, planea llevar su propuesta de reforma del sistema de elección de los vocales del Consejo por escrito.
Eso confirma que el partido de Alberto Núñez Feijóo insistirá en darle toda la importancia a avanzar en la reforma que permita ahondar en la independencia judicial para hacer los futuros nombramientos del CGPJ. La renovación pendiente con el sistema actual, la exigencia del Gobierno y también de las instituciones comunitarias para cumplir con la Constitución y acabar con un bloqueo que acumula cinco años de retraso, está asumida en las filas populares. Pero para el PP era muy importante que la Comisión siguiera poniendo el foco en las dos cosas.
En Génova evitan dar grandes detalles sobre la primera conversación a tres bandas y reconocen que el compromiso es mantener “perfil bajo” y “discreción” para llegar a un acuerdo. Pero también admiten que procurarán avanzar en ese cambio de ley. Y por eso llevarán papeles al siguiente encuentro. En la dirección nacional recuerdan que es la Comisión Europea la que ha establecido un “diálogo estructurado” y que eso implica que las reuniones no sean meros discursos políticos. Habrá intercambio de propuestas. La apuesta del PP será introducir de lleno en la próxima conversación el sistema de elección para renovaciones futuras.
Precisamente fue Feijóo el que dio la primera pista durante su visita a Bruselas el pasado jueves. Las protestas del sector agrícola impidieron el encuentro a gran escala que el líder del PP planeaba con todos los grandes dirigentes del PP europeo, especialmente con Ursula von der Leyen. Tampoco fue posible verse con la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola. Pero aún así Feijóo dejó clara su denuncia al Gobierno y la deriva que según él está adquiriendo la política española a raíz de la ley de amnistía. Y sobre el CGPJ también lanzó un mensaje nítido: “Nada estará cerrado hasta que todo esté cerrado”. Es decir: habrá renovación pero también un nuevo sistema de elección.
La propuesta del PP lleva trabajada mucho tiempo. Incluso Feijóo llevó algunos brochazos a su reunión con Pedro Sánchez a finales de diciembre del año pasado, cuando explicó que su texto contendría una cláusula para evitar futuros bloqueos como el actual, porque el Consejo comenzaría su proceso de renovación de manera automática cuando estuviera cerca de caducar el mandato. Los populares mantienen que los 12 vocales que son magistrados deben ser elegidos directamente por los propios jueces. En la última propuesta pública del PP, se mantiene la designación de los ocho vocales del turno de juristas por parte de las Cortes Generales.
El PP, a lo que diga la Comisión
En Génova reconocen que la renovación se hará, pero también creen que hay una gran novedad al ver que el Gobierno asume las recomendaciones de la Comisión y se abre -no lo hacía desde hace meses- a cambiar el sistema de elección. Las lecturas de PP y PSOE siempre han sido muy distintas de lo que decía la Unión Europea. Mientras que el Ejecutivo de Pedro Sánchez acusa al PP de comportarse como “un partido antisistema” por no renovar el órgano de gobierno de los jueces, los populares defienden haberse plantado en vista de la deteriorada situación que atraviesa España.
Ya se negaron a continuar con el pacto cuando el PSOE pactó con los independentistas la reforma del Código Penal. Y ahora, con la ley de amnistía y “el ataque a la separación de poderes y al Estado de derecho” del que Feijóo alertó abiertamente en Bruselas, todavía más. Por eso surgió la propuesta de que fuera la Comisión Europea, finalmente con el comisario de Justicia, Didier Reynders, a la cabeza, quien estableciera una supervisión en las negociaciones.
Los populares asumían el riesgo de tener que renovar sin saber exactamente los plazos que la Comisión pondría para el nuevo sistema de elección. Así lo reconocen a este diario. Pero, aún así, comprendieron, según explican, que era la única forma de retomar las conversaciones “y no ser engañados una vez más” por el Gobierno. En realidad había algo más. En el PP son conscientes de que el CGPJ debe ser renovado y también necesitaban una pista de aterrizaje para volver a la negociación. Involucrar a Bruselas les da un plus de seguridad.
Cuando Reynders confirmó en una nota pública tras la reunión de la semana pasada que “las dos partes” (Bolaños y Pons) “se comprometían a aceptar las recomendaciones” de la Comisión -que dan prioridad a la renovación del Consejo y que inmediatamente después se inicie un cambio en el sistema de elección- el PP respiró aliviado. Entienden que su posición se ve reforzada porque la idea es que ambas cosas se ejecuten. Incluso aunque no sea de manera exactamente simultánea.