Cada día, casi sin darnos cuenta, utilizamos decenas y decenas de productos desechables con una vida útil que apenas dura unos segundos y, en muchos casos, tardan cientos sino miles de años en descomponerse. Ejemplos hay a tutiplén. Desde las cápsulas de café con las que preparamos el desayuno hasta las botellas de agua y alimentos envasados que compramos sobre la marcha. Todos y cada uno de estos recipientes están diseñados para usar y tirar. Y el cúmulo de residuos que produce, por pequeño que pueda parecer, se ha convertido en algo monstruoso. En España, por ejemplo, se estima que más del 40% del plástico que utilizamos es de un solo uso. Esto suma miles y miles de toneladas de residuos al año que, en muchos casos, acaban arrojados en los entornos naturales.