Las temperaturas oceánicas récord que se registraron en 2023 podrían convertirse en la norma si el mundo pasara a tener un clima 3,0°C más cálido que los niveles preindustriales. Un nuevo estudio científico ha profundizado en los efectos que puede tener la excepcional situación vivida el año pasado.

A partir de marzo de 2023, el Atlántico Norte comenzó a mostrar temperaturas extremadamente cálidas que superaron con creces todo lo visto en los últimos 40 años, es decir, desde que hay registros. En agosto de 2023, el Atlántico Norte ya era aproximadamente 1,4°C más cálido que el promedio del período 1982-2011.

El análisis de las previsiones de los modelos climáticos empleados por los científicos evidencia que las condiciones oceánicas extremas del año pasado fueron similares a lo que podría ser el promedio si el calentamiento global alcanza los 3°C de subida respecto a la era preindustrial.

La situación vivida en 2023 no tuvo precedentes Europa Press


Actualmente, las temperaturas globales han aumentado alrededor de 1,2°C por encima de los niveles preindustriales y no se descarta que continúen subiendo más si no se cortan de forma abrupta las emisiones de gases de efecto invernadero.

Una nueva investigación, publicada en el Boletín de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, examina las causas de las temperaturas récord del océano observadas en 2023.

Till Kuhlbrodt, de la Universidad de Reading, que dirigió el estudio, declaró: «El extraordinario calor en el Atlántico Norte y la falta de hielo marino en el Océano Austral en 2023 nos dicen que los océanos están disparando todas las alarmas. Necesitamos comprender urgentemente exactamente por qué estas partes del océano se están calentando tan rápidamente para que podamos prepararnos para alteraciones climáticas más frecuentes en todo el planeta. La frecuencia con la que nos veremos afectados por estos extremos dependerá de descubrir qué factores están llevando a los océanos Atlántico y Austral a este territorio inexplorado».

Desequilibrio energético

El estudio destaca que el desequilibrio energético de la Tierra es probablemente un factor clave de las temperaturas extremas de los océanos, ya que el planeta actualmente absorbe más de 1,9 vatios por metro cuadrado más de energía solar de la que irradia al espacio en forma de calor.

En toda la Tierra, en un lapso de un año, esto equivale a aproximadamente 300 veces el consumo anual global de energía eléctrica.

Este desequilibrio ha aumentado rápidamente en las últimas décadas debido principalmente a los gases procedentes de la actividad humana, que retienen y atrapan el calor.

Los océanos absorben casi todo el calentamiento

Este creciente excedente de energía está impulsando el calentamiento de los océanos, y más del 90% del exceso de energía acumulado por la Tierra se canaliza hacia los océanos.

Desde 2016, el Océano Atlántico se ha calentado más rápido que otras cuencas oceánicas en los 100 metros superiores del océano.

La Antártida está perdiendo hielo a marchas forzadas Pixabay


Los investigadores sugieren que este mayor calentamiento del Atlántico puede estar relacionado con niveles récord de reducción del hielo marino en el Océano Austral.

Este rápido calentamiento del Atlántico ha coincidido con una fuerte disminución de la capa de hielo marino que rodea la Antártida, un factor clave en la subida del nivel del mar en todo el planeta, entre otras consecuencias.

En 2023, la extensión del hielo marino invernal en la Antártida alcanzó con diferencia los niveles más bajos desde que comenzó el seguimiento por satélite, a finales de los años 1970.

Los investigadores enfatizan la necesidad de cuantificar en qué medida el rápido calentamiento del Atlántico está afectando la capa de hielo marino. La medición precisa del hielo oceánico y marino garantizará que los modelos climáticos puedan predecir con exactitud eventos extremos en el futuro, lo que ayudará a adoptar políticas de mitigación y medidas de resiliencia en todo el mundo.

Kuhlbrodt añadió: «Necesitamos más datos del Atlántico para vincular de manera concluyente las tendencias del calentamiento y la desaparición del hielo con un cambio en el patrón de las corrientes oceánicas, pero las señales apuntan a conexiones climáticas ocultas entre los polos».

Estudio de referencia: 10.1175/BAMS-D-23-0209.1

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