El presidente Pedro Sánchez ha reivindicado este sábado en Galicia la «política útil» y los avances sociales que su Gobierno ha impulsado en los primeros 60 días de legislatura, frente al «ruido, el estruendo y el grito estéril» de la oposición.

Pero, durante su primer mitin de la campaña del 18-F, no ha realizado ni una sola mención al principal reto que el Gobierno afronta en lo primeros compases de la legislatura, la tramitación de la ley de amnistía, que Junts tumbó el martes en el Congreso de los Diputados.

Pese a que la amnistía va a cubrir también los delitos de malversación de fondos públicos cometidos por los líderes independentistas, Sánchez ha presumido de que hoy preside «un Gobierno limpio, ejemplar y comprometido en la lucha contra la corrupción«.

[Pedro Sánchez anuncia que el Consejo de Ministros aprobará este martes la subida del SMI hasta 1.134 euros al mes]

Sánchez ha realizado estas manifestaciones en un mitin celebrado este sábado en Orense, junto al candidato del PSOE a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro.

El presidente ha vuelto a culpar del golpe del 1-O a la «impericia e irresponsabilidad» del Gobierno de Rajoy. Frente a aquellos errores, ha presumido de su apuesta para recuperar la convivencia y «el reencuentro» en Cataluña, con medidas como la amnistía, que no ha llegado a mencionar expresamente.

«El tiempo no arregla las cosas, lo que las arregla es la buena política, la de reencuentro y no la confrontación territorial», ha dicho Sánchez durante el acto, «la normalización total de Cataluña no vendrá de la noche a la mañana. Pero mi convicción de normalizar Cataluña es total, porque eso es bueno para Cataluña y para España».

Una vez sorteada esta cuestión en los primeros minutos de su discurso, Pedro Sánchez se ha centrado en enumerar los logros y avances impulsados por su Gobierno en los dos primeros meses de la legislatura.

Con medidas que, ha dicho, «están haciendo caer como piezas de dominó muchos de los viejos dogmas liberales y la respuesta austericida que se dio por parte de Europa y los gobiernos conservadores» a la crisis financiera de 2008.

«Se puede crecer, pero también redistribuir ese crecimiento», como demuestra la acción de su Gobierno, ha señalado, «se puede subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y crear empleo. Se puede reforzar el Estado de bienestar y consolidar las cuentas públicas. Se pueden revalorizar las pensiones, y al mismo tiempo llenar la hucha de las pensiones«.

El principal anuncio realizado durante su mitin ha sido, precisamente, que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes la subida del SMI a 1.134 euros al mes, que la vicepresidenta Yolanda Díaz ha pactado con los sindicatos (y con el rechazo de la patronal). Una cifra que ha comparado con lo 735 euros, en los que estaba fijado el salario mínimo cuando llegó a la Moncloa, hace cinco años y medio.

Pedro Sánchez ha recordado que antes se daba «100 días de gracia» a cada nuevo gobierno, pero «a nosotros no nos han dado ni un segundo desde 2018. Decían: España se rompe, se hunde… Pues crecemos como nunca y tenemos más empleo que nunca», ha proclamado.

En los 60 primeros días desde su investidura, ha señalado, el Gobierno ha revalorizado las pensiones, ha impulsado una ley de paridad para garantizar que «el 50% del poder pertenece a las mujeres», ha ampliado el escudo social hasta el mes de junio y ha destinado 1.000 millones de euros a políticas de ciencia, «para que los científicos que se han marchado vuelvan a España».

Su ejecutivo también ha abierto en este período el debate sobre la necesidad de reforzar las enseñanzas de matemáticas y competencia lectora, para que dejen de ser «un hueso duro de roer» para los alumnos, y sobre la protección de los menores frente a «los contenidos agresivos, violentos y pornográficos de internet».

«Si hemos hecho todo esto en 60 días, imaginad lo que vamos a hacer en los 1.200 hasta que acabe la legislatura«, ha añadido el líder del PSOE, «se nos van a hacer muy cortos porque hay mucho por hacer. A Feijóo y Abascal se les va a hacer extraordinariamente largo», ha apostillado, «pero eso es la democracia»