El partido del Mallorca ante el Athletic Club duró dieciséis minutos. Lo que tardó Yuri Berchiche, lateral izquierdo de los de Ernesto Valverde, en aprovechar dos jugadas a balón parado para dejar sentenciado el choque y ponerse a pensar en la Copa del Rey. La pizarra del técnico cacereño se merendó a la de Javier Aguirre. Una falta y un saque de esquina eliminó cualquier esperanza para los bermellones de llevarse algo de San Mamés.
Estaba claro que el partido iba a ser complicado para el Mallorca. El estadio del Athletic Club es un dolor de muelas para cualquier equipo que lo visita y los ‘leones’ vuelan cuando juegan ante su afición. Pero de ahí a entregar los puntos en un cuarto de hora hay un trecho. Y más duele si es a balón parado.
El electrónico apenas marcaba el minuto 3 cuando Nico Williams botó una falta lejana. El balón no salió alto y parecía no tener peligro. Pero entonces Yuri, como último recurso, metió la pierna y le salió un remate que se coló por el palo izquierdo de Rajkovic. Reclamó Larin juego peligroso al levantar el pie el defensor, pero no pareció para tanto.
El conjunto bilbaíno iba por delante casi sin saber cómo. Suyo era el juego, pero Rajkovic tampoco debía intervenir. Y como llegó el primero, llegó el segundo. En este caso tras un saque de esquina.
De nuevo ejecutado por el pequeño de los Williams, el balón fue al primer palo. Guruzeta, con la espuela, prolongó el balón y Yuri, en su noche mágica de la temporada, y totalmente solo, puso la bota derecha para soltar una volea que no fue fuerte, pero sí colocada hacia la escuadra de Rajkovic, que no llegó para despejarla. Las risas en la celebración daban cuenta de lo anormal de la situación, con Yuri que no se lo creía con su doblete.
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Dos jugadas a balón parado que destruyeron a los bermellones, que no plantaron cara en ningún momento al Athletic. El tercer gol, en la segunda mitad, no hizo sino confirmar uno de los peores partidos del curso.