Sequía, altas temperaturas, especies en declive y sobreexplotación del acuífero. El informe «Estado de la Biodiversidad en Doñana« correspondiente a 2023 y que acaba de hacerse público, expone un negro panorama. La falta de agua asfixia al mayor humedal de Europa.

Un dato revelador: el 68% de las especies de aves acuáticas que crían en ese parque nacional tienen una tendencia poblacional negativa si se toman como referencia las últimas dos décadas. Pero aumenta al 79% si se calcula la tendencia de los últimos diez años.

El futuro de Doñana preocupa a los científicos y a las organizaciones conservacionistas. Los datos del último informe que recoge el programa de seguimiento que realiza la Infraestructura Científica Técnica Singular-Reserva Biológica de Doñana (ICTS-Doñana), adscrita a la Estación Biológica de Doñana -(EBD-CSIC), alertan sobre el peligro que corre el humedal, que ha visto secarse de nuevo por completo el pasado mes de agosto la laguna de Santa Olalla, la mayor de ese paraje natural.

«La situación es grave», recoge el informe. Desde que se tienen registros esa laguna nunca se había secado dos veranos seguidos, ni siquiera durante los periodos de sequía extrema registrados en los años 90 y principios de los 2000. Históricamente, Santa Olalla era una laguna permanente, mantenía agua durante todo el año y servía de refugio para muchas especies durante las estaciones más cálidas y secas.

Fuerte caída de las aves acuáticas en Doñana Álvaro Díaz Pastor/SEO


«El hecho de que se haya secado por segundo año consecutivo es indicativo de que ya no quedan lagunas permanentes en Doñana«, lamentan los responsables del ICTS-Doñana, el mayor laboratorio de campo de Europa. Y a las otras dos lagunas más grandes de Doñana, la del Sopetón y la Dulce, no les ha ido mejor: se secaron el año pasado a primeros de julio y a primeros de agosto respectivamente.

Un año muy seco y cálido

El programa de seguimiento de procesos naturales en Doñana recoge periódicamente información científica sobre su estado de conservación, lo que permite observar la evolución temporal de los ecosistemas y la biodiversidad,

El último informe revela que 2023 fue un año muy seco y cálido para Doñana, con la mayor temperatura media anual registrada en la serie histórica. «Además, la escasa inundación en marismas y lagunas ha traído consigo un bajo número de aves acuáticas invernantes y ha provocado que el declive de las poblaciones de aves acuáticas reproductoras y de otras especies animales, especialmente de anfibios y peces, continúe. La situación general también es mala para el conejo, del que dependen muchos carnívoros y aves rapaces», alertan los responsables del espacio natural.

El último ciclo hidrometeorológico, que va desde septiembre de 2022 hasta agosto de 2023, se caracterizó por ser muy seco. Doñana ya lleva más de una década con niveles de precipitación por debajo de la media, especialmente en los últimos dos años. Con apenas 330,4 litros por metro cuadrado registrados, este último ciclo es el segundo con menor precipitación anual de la última década tras el de 2021-2022.

Un ciervo paseando por la marismas del Parque Nacional de Doñana (Huelva). EFE / Julián Pérez


En cuanto a temperatura, Doñana ha vuelto a batir sus récords, En 2022 ya se alcanzó la temperatura máxima registrada en toda la serie histórica, mientras que en 2023 se registró la mayor temperatura media anual, 19,32ºC. El verano fue largo y caluroso, con 14 días con temperaturas superiores a 40ºC.

Las aves acuáticas, en declive

En cuanto a las aves acuáticas, en Doñana se censan mensualmente mediante observaciones aéreas y terrestres desde 1973. El número de individuos censados en enero de 2023 fue de 206.859, la décima peor cifra para estas fechas de toda la serie histórica, que abarca 60 años.

Esas cifras fueron algo superiores a las de enero del año anterior, pero se explican en gran medida por las precipitaciones del mes de diciembre de 2022, que provocaron que la marisma presentara una lámina de agua somera y que permitió que las aves se asentaran en la zona ya en esas fechas.

Aún así, el número de aves censadas, supone tan sólo una tercera parte de la invernada en un año bueno. Destaca la situación del ánsar común (Anser anser), especie emblemática en Doñana, que registró en 2023 la cifra más baja de su historia con solo 9.588 ejemplares.

«En general, la reproducción de aves acuáticas ha sido mala, ya que la superficie inundada en primavera ha sido escasa y se ha limitado, en su mayoría, a zonas inundadas de forma artificial o con influencia mareal», resalta el informe.

Cartel en la playa del parque nacional de Doñana Matalacañas, en Huelva. EFE / J.J. Guillén


En el caso de las rapaces, el milano real (Milvus milvus) invernante sigue presentando un declive importante, con un censo de 120 ejemplares. El aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) no se reprodujo en 2023 y su población invernante se quedó en 213 individuos, el valor más bajo de toda la serie histórica. Otro ejemplo es el halcón peregrino (Falco peregrinus) cuya población sigue también una tendencia negativa: solo se contabilizaron tres parejas el año pasado.

Por lo que respecta a los mamíferos, el conejo sigue en declive, mientras que la liebre presentó una leve disminución, el ciervo registró una tendencia creciente y el jabalí se mantuvo estable.

Mal año para los carnívoros

«En general, 2023 ha sido un mal año para todos los carnívoros en Doñana. El zorro sigue siendo el más abundante, y le siguen el tejón y el meloncillo. Las abundancias relativas de la gineta y el lince oscilan, mientras que los gatos monteses y las nutrias son las especies menos abundantes», concluyen los autores del informe.

En el caso de los peces, la anguila (Anguilla anguilla), en peligro de extinción, no ha aparecido en ningún punto muestreado, ni siquiera en aquellos donde llegó a ser abundante. El salinete (Aphanius iberus), endemismo ibérico en peligro de extinción, tampoco fue localizado este año, mientras que la colmilleja (Cobitis paludicola), calificada como ‘vulnerable’, solo apareció en la laguna de los Mimbrales.

La situación de los anfibios también es preocupante. Casi todas las poblaciones presentan una tendencia negativa desde 2019, en consonancia con el periodo de sequía, que está afectando a la extensión espacial y temporal de sus hábitats de reproducción. El año 2023 fue asimismo malo para las mariposas, con los números más bajos por censo.

Los datos recogidos sobre las especies vegetales indican la tendencia negativa de la especie de flora amenazada Caropsis verticillato-inundata, asociada a suelos húmedos y lagunas temporales.

Dada su privilegiada ubicación geográfica, en un cruce de caminos entre Europa y África, Doñana es un lugar de paso, de cría y de invernada para más de 300 especies de aves. Cuenta con ocho hábitats de interés comunitario, plantas endémicas y es, además, refugio de especies amenazadas como el lince ibérico, el milano real o el águila imperial.

Doñana también destaca por su elevada diversidad de especies de invertebrados con más de 200 especies de abejas y unas 1.000 de mariposas nocturnas, así como otras que están amenazadas como la araña lobo o el escarabajo pelotero.

 Informe de referencia: https://digital.csic.es/handle/10261/344666

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