A las 00:00 horas cerró el mercado de invierno con el Valencia CF dejando tirado a Rafa Mir y horas después de haberse deshecho de malas formas de su central más experimentado, Gabriel Paulista. La defensa, el principal valor con el que los blanquinegros han certificado virtualmente la permanencia en Primera División, queda debilitada sin ningún recambio para el tercer capitán de la plantilla y uno de los últimos supervivientes de entre los campeones del Benito Villamarín en 2019.
Una vez más poniendo palos en las ruedas al equipo cuando parece que se recupera deportivamente y muestra una cara competitiva como estaba haciendo con el Pipo Baraja, al que le han quitado recursos de cara a la segunda parte de la temporada y le han cambiado a un titular veterano por una promesa para la rotación.
Peter Lim, movido por su política de inversión cero, no permitió ni un solo movimiento hasta el 30 de enero, una vez que supo a ciencia cierta que contaba con cerca de tres millones de euros por la transacción de Koba Leïn al Sporting de Portugal. De inmediato, el máximo accionista dio luz verde a la llegada en calidad de cedido de Peter Federico, un joven jugador del filial del Real Madrid con el que todo estaba claro desde el verano.
Rubén Baraja, entrenador de un equipo que ha dado más de lo que podía en la primera vuelta de la competición de Liga, se conformó con la cesión del zurdo del Madrid Castilla. Miguel Ángel Corona, director deportivo, explicó en los canales oficiales del club que el dominicano de 21 años aportará «grandes traslados en la banda con una adaptabilidad, prácticamente, del 100 % a nuestro estilo y sistema de juego», añadió. El exjugador del Castilla y el Real Madrid C indicó también que «lo más importante es que es un jugador de banda izquierda y, sobre todo, de pie izquierdo». Federico González es el único atacante zurdo del plantel.
En medio de un mercado decepcionante para los aficionados, entre las últimas horas del martes y a lo largo del miércoles estalló la bomba que acabó por encender del todo al valencianismo, la rescisión de contrato de Gabriel Paulista, nuevo jugador de un conjunto Champions como es el Atlético de Madrid de ‘Cholo’ Simeone. El hispano-brasileño se encontraba solo a cuatro partidos de la renovación automática y Lim había dado orden de que no los cumpliese y darle salida. El singapurense no quiere contratos como el que iba a pasar a tener el de Sao Paulo, superior a los cinco millones de euros brutos por temporada.
Sin Gabriel, uno de los baluartes defensivos -sacado a lo bruto de un Valencia en el que ha sido referente para todos los jóvenes, en especial de Mosquera y Yarek-, no solo explotó el aficionado, también el entrenador, que estaba dispuesto a seguir utilizando al defensa de 33 años atendiendo al beneficio deportivo. Más aún, después de que hace una semana se dejase ir cedido al Valladolid a César Tárrega. El ‘Pipo’ había echado mano del de Alaquàs contra el Atlético en Liga (7’) y el Logroñés en Copa (90’).
Con la defensa debilitada y el club sin ninguna intención de reforzarla, las últimas horas se centraron en la operación de Rafa Mir que hubiese tenido un efecto colateral: la salida de Alberto Marí en calidad de cedido. El canterano contó con las ofertas del Albacete Balompié y del Real Valladolid y se inclinó por vestir de blanquivioleta, pero todo estaba supeditado a la llegada del murciano. Y como las fichas del dominó, una operación tumbó a la otra y el valenciano seguirá siendo el tercer delantero de la plantilla a las órdenes de Baraja.
Como tantas otras veces, el mercado raquítico de Lim, con el equipo cerca de Europa, no contenta a una afición cansada de su gestión. Cerca de un centenar de fans protestó en la sede del club pidiendo el adiós de Meriton Holdings de Mestalla.