La música tiene un poder que nadie puede callar y María Peláe ha hecho suyo este mantra durante la Segunda Semifinal del Benidorm Fest 2024. En plena noche del jueves 1 de febrero, la intérprete ha prestado su voz a «Remitente»; sin duda, una valentísima crítica contra la derecha más reaccionaria y el horror que sufrió nuestra España. Con garra y arte a partes iguales, la puesta en escena que ha defendido en el certamen ha ilustrado la barbarie franquista.
En este sentido, el tema con el que pretendía representar a nuestro país en el próximo Festival de Eurovisión. Si la música remueve corazones, Peláe ha puesto patas arriba el sentir de toda la audiencia en contra de aquellos que defienden la ideología que perpetró una auténtica masacre: La Desbandá, un triste suceso histórico que tuvo lugar en Málaga durante la Guerra Civil en 1937.
María Peláe, contra el enemigo que quiso acabar con todo
Completamente desgarrada, María Peláe ha contado en pleno prime time algo que muchos españoles desconocen: la llegada de las tropas franquistas a una Málaga roja donde la república tenía mucha fuerza. El bando sublevado sabía de la importancia de esta ciudad en la resistencia y, por ese motivo, su conquista fue objetivo claro.
Sin embargo, se inició un proceso de exterminio que provocó el exilio de miles de personas. Como ocurre en estos casos, los autores no han logrado llegar a un acuerdo en cuanto al número de civiles que tuvo que abandonar todo y buscar un nuevo destino sin absolutamente nada en sus brazos. Incluso sin sus seres queridos. Pero otros no corrieron tanta suerte, por eso esos «se me hizo tarde, y ahora cadena» o «y en el camino la vida, y en el camino la muerte«.
La reivindicación es clara: «Quién te dio la voz, la voz que te roba… No la sueltes amor mío que te quedas sin razón; que, si apagas esa voz, la voz se ahoga«. El arma más poderosa de la sociedad es la palabra; de hecho, la intérprete ha conseguido en solo tres minutos reivindicar uno de los episodios nacionales más tristes y más olvidados de nuestra historia. En nombre de todos… gracias, Peláe.
Hombres en el escenario despojados de lo más importante: su ser
De manera brillante, las estrofas de «Remitente» han estado acompañadas en directo por una elegante puesta en escena que, en definitiva, mostraba una historia sobrecogedora. En distintos momentos de su actuación, el cuerpo de baile ha hecho prisionera a María Peláe rodeándola mientras que ella gritaba que «el remitente (de la carta de la que habla) se llamaba libertad«. Su fuerza ha sido lo que ha logrado precisamente liberarla.
Uno de los bailarines ha caído abatido de espaldas mientras apretaba una de sus manos contra su cuello. De nuevo, el simbolismo ha inundado esta propuesta: un intento de silenciar que termina con la muerte de un hombre inocente. Y acto seguido, los demás, despojados de todo atuendo para ejemplificar la barbarie, avanzaban arrastrándose por el escenario en busca de un inevitable a la par que trágico final.
Las 13 Rosas también reivindicadas
En la segunda parte de la canción, Peláe también ha hecho alusión a otro hecho crítico de la Guerra Civil: Las 13 Rosas. Los libros de historia cuentan que las autoridades de la época fusilaron a un grupo de jóvenes mujeres, todas ellas miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), por parte del régimen franquista. Antes, fueron encarceladas en La Ventas tras ser acusadas del asesinato del comandante Isaac Gabaldón, además de por «adhesión a la rebelión».
El mensaje final de socorro de María Peláe
No solo es que el conjunto de la letra haya lanzado importantísimos mensajes, sino que demás ha incluido una llamada de socorro. A lo largo de sus compases en el videoclip, «Remitente» cuenta con imperceptibles detalles como los sonidos de las sirenas o un mensaje de ‘SOS’ en código morse. En conclusión, toda una armonía reivindicativa para que nadie, los más jóvenes tampoco, olvide esta tragedia. Ya se sabe: pueblo que olvida su historia, pueblo que está condenado a repetirla.