Los principales sindicatos de agricultores franceses pidieron este jueves que se levanten los bloqueos que han mantenido decenas de autopistas y carreteras cerradas a la circulación durante dos semanas, poco después de una nueva serie de medidas de ayuda anunciadas por el Gobierno.
«El movimiento no se detiene, se transforma», afirmó en conferencia de prensa el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), Arnaud Rousseau, que advirtió de que habrá nuevas movilizaciones si en 15 días no se concretan los anuncios hechos por el primer ministro, Gabriel Attal, y si no entran en vigor de aquí a junio.
Arnaud Gaillot, responsable de Jóvenes Agricultores, organización hermana de la FNSEA, explicó que la petición de «suspender el bloqueo y entrar en un nuevo modo de acción» se había tomado después de consultar con las bases a la vista de los compromisos hechos por Attal.
Los sindicatos valoraron positivamente los «avances tangibles» hechos este jueves por el Ejecutivo, que complementan las promesas del pasado viernes, que los agricultores consideraron insuficientes, y que en todo caso deberán concretarse con medidas de urgencia.
Entre ellas, mencionaron las acciones para favorecer el relevo generacional de los trabajadores del campo con exenciones fiscales automatizadas, o la lucha contra el fraude de productos que se presentan como de origen francés pero que no lo son.
Rousseau puntualizó que hay cuestiones que «no están a la altura y que habrá que aclarar».
Estos dos sindicatos hegemónicos respaldaron la postura de rechazo del Gobierno de Emmanuel Macron al tratado de libre comercio que la Unión Europea discute con el Mercosur e instaron a que París la mantenga.
Pero sobre todo, incidieron en que quieren ver que la «soberanía alimentaria» quede inscrita en la legislación como prioridad.
«Sordera» de una Europa tecnocrática
Frente a la actitud de «escucha» que apreciaron por parte del Gobierno francés, los sindicatos agrícolas fueron mucho más críticos con la UE, una organización demasiado tecnocrática a su juicio.
Rousseau denunció la «sordera» de Bruselas frente a las demandas de los agricultores no sólo desde Francia sino que también se han dejado notar en otros miembros de la UE, como Países Bajos, Alemania Bélgica o España.
«Europa es nuestro porvenir», pero las políticas agrícolas de la UE tanto en lo que respecta a los recursos como a su visión para el futuro, no respetan la dignidad del oficio de los agricultores «que tienen la noble función de alimentarnos», se quejó el presidente de la FNSEA.
También denunció que «el Comisario europeo de Agricultura (Janusz Wojciechowski) no ha estado a la altura» en el contexto actual de protestas.
Con el plazo límite de junio para ver materializadas las mejoras prometidas por el Gobierno francés, el mes que se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo, los sindicatos agrícolas franceses advirtieron también que esperan de la UE «decisiones fuertes para proteger el mercado» comunitario.
En un mensaje dirigido a sus afiliados, se felicitaron del comportamiento responsable y de la ausencia de violencia en las manifestaciones, que desde octubre han movilizado a unos 40.000 agricultores.
Pero incidieron en que «nadie dude de que si los resultados no están a la altura» volverán a movilizarse a gran escala como en los últimos 15 días.