Los guías turísticos de Córdoba han respondido a los intérpretes del patrimonio a cuenta de las quejas de estos últimos pidiendo salir de una situación de «alegalidad». El presidente de la Asociación Profesional de Guías-Intérpretes de Turismo y Patrimonio (APIT), Luis Álvarez, dice que «no es que no haya una normativa que regule a los intérpretes, es que con la que hay, el guía de turismo es el intérprete».

La función del guía, incide Álvarez, es «difundir, interpretar y transmitir la información correspondiente a los bienes culturales», pero hay que tener algo más: conocimiento del sector turístico. A eso se suma una condición sine qua non para obtener el título de guía turístico: tener un C1 en al menos un idioma (que no sea español) y B2 en otro distinto.

«La práctica totalidad de nosotros somos historiadores o historiadores del arte, y aparte hemos estudiado turismo. Pero es que también tenemos idiomas porque a Córdoba vienen muchos turistas del extranjero», recuerda el presidente de APIT.

En el tema del idioma, entiende Álvarez, está la clave de por qué los intérpretes no se sacan el permiso de guía turístico cuando además cuentan con carreras, como Historia o Historia del Arte que vienen dentro del listado de las que habilitan dicho carné. En su opinión, deja claro, no se trata de una situación de alegalidad, sino de «ilegalidad».

Anteproyecto de ley

La Junta de Andalucía trabaja en el Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Andalucía, la cual, en un primer momento, según los intérpretes, parecía que iba a recoger la figura del intérprete. De momento, al no ser una profesión amparada por la normativa, y considerando que pueden ejercer competencia desleal sobre los guías, sí avalados por la ley, los intérpretes ya han sido multados en algunas ocasiones por la Inspección de Turismo.