La joven activista ecologista Greta Thunberg se ha enfrentado en Londres al primer juicio por desacatar la orden de la policía de no bloquear la calle en la protesta contra el Energy Intelligence Forum, dónde se reunieron directivos de las principales compañías de gas y petróleo el pasado 17 de octubre. «Dijo que se quedaba donde estaba y por eso fue arrestada», ha explicado el fiscal Luke Staton durante la sesión. Por ello, Thunberg se expone a una multa de hasta 2.500 libras (2.927 euros) y un total de 26 personas, incluida ella, están siendo procesadas por la misma razón.
La activista, de 21 años, ha aparecido ante el Westminster Magistrates Court, en el centro de Londres, aproximadamente una hora antes del inicio del juicio y con actitud positiva, sonriente. Sus seguidores la recibían entre vítores y grandes carteles con lemas como «Londres libre de fósiles» o «La protesta climática no es un delito».
En relación a la protesta de octubre, la Fiscalía ha relatado cómo un gran número de manifestantes «bloquearon las entradas y salidas del hotel desde las 7.00 de la mañana (hora local)» y «se negaron a retirarse de la zona a pesar de las instrucciones dadas por la Policía”, según informaciones recogidas por la agencia de noticias Bloomberg. La protesta fue creciendo hasta juntar a unas 200 personas que impidieron a los delegados entrar o salir del hotel, tal y como han explicado las fuerzas de seguridad británicas.
Según Staton, los acusados se habían manifestado justo cuando los principales actores del sector del petróleo y el gas iban a «discutir y debatir» cómo desarrollar «soluciones sostenibles» para la energía. Pero Thunberg, que en una primera comparecencia en noviembre y ante otro tribunal londinense se había declarado inocente, respondía con una sonrisa burlona ante la explicación del fiscal.
Desde la Conferencia de la industria del petróleo y el gas que desató las protestas de los medioambientalistas, el gobierno británico ha concedido numerosos nuevos permisos de exploración de petróleo y gas, para reforzar la independencia energética del país, una de las prioridades del primer ministro Rishi Sunak, conservador. El organismo independiente encargado de asesorar al gobierno británico sobre su estrategia climática expresó el lunes su preocupación por el hecho de que el país transmita «mensajes contradictorios» que empañen su influencia internacional en la materia.
Varias medidas del Ejecutivo británico despertaron indignación entre las organizaciones ecologistas, que presentaron recursos legales y aumentaron sus acciones, como el movimiento Just Stop Oil, cuyos militantes organizan a menudo marchas pacíficas en Londres. El gobierno endureció la legislación para impedir sus acciones.