La que podría ser llamada «paradoja del abadejo» ilustra a la perfección el azaroso comienzo de año que han tenido los pescadores asturianos, quejosos con la escasez de cupos en especies emblemáticas y comercialmente muy rentables. La «paradoja del abadejo» se fundamenta en una prohibición, la decretada para todo barco que no utilice arte de palangre –es decir, la mayoría de la flota asturiana– y según la cual las capturas diarias de la especie por embarcación no podrán superar los cinco kilos (diez en el caso de los barcos palangreros). «Así dicho queda bonito, pero pescar abadejos de siete, nueve o más kilos es bastante habitual. En esos casos, ¿qué hacemos?, ¿los partimos en dos y tiramos una mitad al mar para respetar la norma?», se pregunta no sin ironía el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García Méndez.
Más allá de la aparente incongruencia de una norma tan restrictiva que puede llegar a ser imposible de cumplir, el futuro inmediato de la pesquería del abadejo preocupa seriamente a los pescadores asturianos. El porqué lo explica García Méndez: «La asignación de cuota máxima de capturas para 2024 y 2025 fue de 93 toneladas para todo el Cantábrico. Como consecuencia de la sobrepesca realizada en 2023 se nos ha castigado dejándonos para este año una cuota de 55 toneladas. Pues bien, a 15 de enero pasado ya se había pescado 22 de esas 55 toneladas, que fue la razón por la que la Secretaría General de Pesca se sacó de la manga esas limitaciones diarias de capturas. ¿En qué cabeza cabe que es viable una pesquería de la que se consume todo el cupo anual en apenas un mes?»
Las cofradías asturianas van a solicitar una reunión urgente con la autoridad pesquera nacional para abordar este tema del abadejo y ya adelantan que si no se habilita más cupo «habrá que compensar económicamente a los afectados, porque hay barcos cuyos ingresos dependen en más de un 20 por ciento de este pez». También quieren cuestionar los informes científicos en base a los cuales se han recortado las posibilidades pesqueras: «Si en 15 días se pescan la mitad de las toneladas concedidas para todo el año, muy mal no debe estar el recurso», razona el presidente de la federación de cofradías asturianas.
A la crisis suscitada con la pesquería el abadejo por el escaso cupo de capturas disponible se unen otras: el chicharro (limitado a 30 kilos de capturas a la semana por barco que use arte diferente al cerco), el besugo (70 kilos diarios para palangre de fondo y 50 para el resto de embarcaciones) o el virrey (10 kilos al día, sin distinción de artes). Sin embargo, la Unión Europea sigue abriendo la mano con el cupo del pixín pese a que según los pescadores «escasea de un tiempo a esta parte de forma muy preocupante».
Según García Méndez, «nos salva que aumentó el cupo de la merluza y vamos tirando con eso, pero el grueso de la flota asturiana se caracteriza por hacer pesca de especies variadas y centrarnos en una sola pesquería es contraproducente porque machacamos el recurso». Y por eso confía en que más pronto que tarde el Ministerio escuche sus demandas «o el año que tenemos por delante va a hacérsenos muy largo y ser ruinoso».
El Consejero de Medio Rural apoya la petición de permitir a la flota la captura de atún rojo
La captura accidental el año pasado de un atún rojo de unos 300 kilos de peso por parte de un barco asturiano puso de manifiesto la incongruencia de la normativa pesquera, que pretendiendo ser garante de la conservación de especies amenazadas obvia cuestiones de puro sentido común. Con ese pez a bordo y sabedores de que la ley impide su desembarco –la pesca de atún rojo está vedada a la flota salvo muy contadas excepciones–, el patrón comunicó la situación solicitando poder llevar el túnido a tierra para su entrega a alguna organización benéfica que pudiera darle uso alimentario. La negativa a ese deseo obligó a arrojar el pez por la borda, convirtiéndolo en carroña marina.
Para que estas situaciones no se repitan, las cofradías asturianas piden –de momento sin éxito– la asignación de un cupo a modo experimental que les permita capturar atunes rojos, un pez muy apreciado por el mercado y que de un tiempo a esta parte se deja ver por aguas del Cantábrico. A fuerza de reiterar su petición, los pescadores ya han conseguido la adhesión a su causa del consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos Líndez.