La pequeña de los Eren estaba muy triste. La niña tenía que hacer una función en el colegio y tenía que comprar un disfraz.

Emel soñaba con ir de princesa, pero al ser consciente de que sus hermanos no le podrían comprar el vestido al no tener dinero, prefirió no decirles nada.

Sin embargo, los Eren lo acaban descubriendo y entre todos consiguen el dinero para comprarle el vestido a Emel y ensayan con ella para que la obra salga perfecta.

Castillos, príncipes, princesas y hasta una divertida improvisación por parte de Oğulcan no faltan en la obra: El sueño de la princesa.

La profesora de Emel felicita a la pequeña y ella agradece a su familia todo lo que hayan hecho por ella. “Os quiero muchísimo”, dice ella emocionada. ¡Viva la princesa Emel!