El Granada pudo resucitar en el segundo tiempo con un penalti por mano de Jordi Martín (revisado por el VAR) que mandó al poste Uzuni.

La jugada fue el minuto 54 de partido y ninguno de los jugadores reclamaron penalti en primera instancia, algo que tampoco pudo ver con nitidez el árbitro de campo. El balón salió del terreno de juego un minuto más tarde y González Fuertes (desde el VAR) instó a García Verdura a revisar la jugada en el monitor. Finalmente, el árbitro de campo tomó la decisión de señalar la pena máxima y se terminó lanzando en el minuto 58, cuatro minutos más tarde de la acción principal.