Los datos del turismo en España despiertan el optimismo entre algunos economistas viendo que ha recuperado un porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) que había perdido en los últimos años debido a algunos factores externos como la pandemia. La gran industria del turismo ha conseguido de nuevo rearmarse, consolidar su recuperación plena tras la debacle y pulverizar todos los registros que se alcanzaron en aquel ya lejano 2019 precovid.

Sin embargo, todo el mundo sabe que el modelo de turismo tradicional tiene que cambiar por completo porque el cambio climático va a modificar el tablero por completo en los próximos tiempos. Cada vez son más habituales las olas de calor fuera de la temporada de verano o los anticiclones como este último de finales de enero que han llevado gente a las playas cuando de normal debían estar esquiando en las montañas del Pirineo o Sierra Nevada.

Uno de los economistas más reputados de nuestro país ha querido hacer énfasis en los datos sobre el turismo alertando de que no son tan positivos como lo parecen desde fuera. «Ya se han olvidado las proclamas sobre que había que repensar el modelo productivo español tras el hundimiento del turismo en la pandemia, ya se han olvidado y de nuevo el rurismo es maravilloso y se espera que este año pueda llegar a generar el 13,2% del PIB de España», escribía Niño Becerra en su cuenta de Twitter, actual X.

«El gasto está estancado»

El catedrático de Estructura Económica en el Instituto Químico de Sarriá de la Universidad Ramon Llull de Barcelona afirma que los números están «trucados». «De momento cada vez llegan más turistas y de momento la masa total de gasto que realizan es mayor (dejando al margen los costes que generan), pero el gasto medio por turista y día de estancia descontando la inflación se halla prácticamente estancado», explica Becerra.

Por último, el economista destacó la importancia que va a tener el cambio climático en España en los próximos años invitando al negocio a anticiparse a la ciencia. «España depende cada vez más de algo que no controla y que se va a ver afectado por el cambio climático. Y cada uno de los turistas que viene lleva gastando prácticamente lo mismo en los últimos 20 años. Mal negocio y peor porque no hay alternativa», concluye.