Valencia Basket no tuvo opción ante Unicaja en la Fuente de San Luis. Los de Álex Mumbrú, que llegaban lanzados después de ganar en la pista de Baskonia en Euroliga, mostraron su cara más inoperante en ataque contra los malagueños, que sí tuvieron la determinación suficiente para completar un gran partido y aprovechar la derrota del Real Madrid para amenazar la primera plaza de la Liga Endesa. El cuadro ‘taronja’, que cuajó una primera parte especialmente mala, se disparó en el pie tratando de reducir la distancia a través del tiro de tres puntos de manera reiterada a pesar de su escaso acierto (siete canastas de 31 intentos, un pobre 22 por cien de éxito) mientras su rival, intenso en defensa y explorando un mayor número de vías de anotación, se llevó el triunfo haciendo gala de su fortaleza colectiva con tres jugadores por encima de los 10 puntos, algo que no logró ningún valencianista. 

El partido arrancó según lo esperado. Con dos de las mejores defensas de la competición tratando de imprimir mucha intensidad a su juego sin la pelota y dificultando las situaciones de tiro. A ello se sumó una manifiesta imprecisión por parte de ambos equipos que llevó bajo mínimos el ritmo de puntaje que no se empezó a romper hasta pasados los cinco minutos del primer cuarto cuando los malagueños lograron dos canastas seguidas que pusieron a los suyos cuatro por encima (5-9) que obligaron a Álex Mumbrú a pedir su primer tiempo muerto. En ataque, el combinado taronja se mostraba incapaz de penetrar y errático en el tiro de tres a excepción de una buena canasta de Puerto. El regreso de los jugadores a la cancha no espoleó demasiado al equipo, que siguió sin hacer fluir el ataque a pesar de mantener dos bases en pista y que se fue al final del primer cuarto 12 por debajo en el marcador (7-19).

El segundo no empezó mejor. Los malagueños siguieron mostrando una mayor precisión desde todas las zonas mientras el 1/12 en triples lapidaba las opciones valencianistas, que a pesar de darse de bruces una y otra vez lo seguían intentando por esta vía, permitiendo a Unicaja, mejor en todas las facetas, alejarse cada vez más y poner la máxima renta (13-33) en el marcador antes de que Inglis rompiese el maleficio de los triples con una canasta que no cambió demasiado la película por la falta de alternativas ofensivas que ofrecían los de Mumbrú. La imprecisión valenciana y el momento de inspiración andaluza, sumada a la superioridad de los de Ibon Navarro para capturar rebotes llevó el partido al descanso con una contundente derrota ‘taronja’ (25-41). 

La reanudación llegó con el despertar de Valencia Basket, más intenso en defensa y algo más acertado en fase ofensiva. La falta antideportiva a favor le vino bien para recortar cuatro puntos de golpe y Ojeleye se quitaba el lastre con su primer triple al cuarto intento, pero Unicaja no bajaba el nivel para atenuar la mejora valencianista y convertirla en insuficiente en cuestión de minutos. El ritmo de anotación bajo para ambos equipos, que se convirtieron en máquinas de perder balones antes de llegar a la acción fatídica del partido, la lesión de rodilla de Brandon Davies que mandó el partido al último cuarto con muy mal sabor de boca en la Fonteta y una distancia difícil de levantar (42-57) después de ganar el parcial del tercer cuarto por un solo punto, muy alejado de la reacción que se le pedía a los jugadores de Mumbrú en el descanso de la contienda y que obligaba a obrar una proeza en los diez minutos finales. 

El equipo salió con buena predisposición y arrancó anotando y acercándose a diez puntos, pero la ineficacia de la defensa en zona del Valencia y el mayor acierto de un Unicaja más coral que individualista evitaban a los valencianistas pasar de la barrera de los dos dígitos de distancia. El conjunto visitante se crecía y con el paso de los minutos la renta no hizo más que aumentar hasta cerrarse en un doloroso más veinte.