No todos los residuos plásticos que depositamos en el contenedor amarillo acaban siendo reciclados. Una importante cantidad termina tirada en la naturaleza en países asiáticos, a los que se envía para reciclar, pero que, en realidad, no acaban siendo recuperados. A pesar de las estrictas regulaciones de la Unión Europea (UE) al respecto, esa bolsa de patatas fritas que compramos ayer en el super de la esquina puede acabar en un bosque de Vietnam, por ejemplo.

Esto es lo que ha descubierto una investigación dirigida por Kaustubh Thapa de la Universidad de Utrecht (Holanda), centrada en Vietnam, país donde hay poca supervisión de los desechos plásticos enviados desde la UE. Sin embargo, esta es una realidad que ocurre en otros países asiáticos.

Aproximadamente la mitad de los residuos plásticos de Europa se exportan a varios países del sur global, incluido Vietnam.  Otras naciones que reciben este material son Malasia o Indonesia. China, en cambio, que hasta hace poco era el gran importador de basura occidental, ha prohibido esta práctica y sus cantidades están cayendo en picado.

Evolución de los envíos de basura plástica europea a Asia, por países Universidad de Utrecht


El caso de Vietnam

Un equipo de investigación de la Universidad de Utrecht se aventuró en Minh Khai Craft Village, el centro de reciclaje más grande de Vietnam, para seguir la pista del plástico europeo que teóricamente debe ser reciclado allí.

«Observamos a personas cocinando, comiendo y viviendo dentro del recinto de reciclaje, rodeadas de los vapores nocivos del plástico derretido. Los niños juegan en este ambiente asfixiante», relata en un comunicado Kaustubh Thapa, investigador principal.

«Aunque este tipo de comercio de residuos es rentable para algunos, transferir la responsabilidad de los productores de la gestión de residuos hacia aldeas como estas causa daño a las personas, las comunidades y el medio ambiente«, añadió.

Actualmente, están en curso negociaciones de la ONU para un tratado internacional sobre plásticos. La nueva investigación de Thapa muestra el sorprendente contraste entre las políticas vietnamitas y europeas y la situación real de los centros de reciclaje en el sur global.

«Los consumidores europeos se esfuerzan por separar el reciclaje, pero sus esfuerzos, en un porcentaje considerable, son en vano»

Kaustubh Thapa – Universidad de Utrecht

«Los consumidores europeos se esfuerzan por separar el reciclaje, pero podemos ver claramente que sus esfuerzos, en un porcentaje considerable, son en vano», afirma Thapa. Añade que «centrarse en aumentar las tasas de reciclaje en la UE sin abordar sistemáticamente el daño humano y ambiental asociado a lo largo de toda la cadena de valor no es ético, circular ni sostenible».

Trabajador en un vertedero plástico de Asia Agencias


Los investigadores creen que el envío de residuos plásticos para su reciclaje puede hacerse de forma sostenible. «El Pacto Verde Europeo, su Plan de Acción de Economía Circular y las conversaciones en curso de la ONU sobre un Tratado Global sobre Plásticos legalmente vinculante no pueden ignorar nuestras conclusiones. A medida que consumimos cada vez más y, por tanto, generamos más residuos, el comercio de residuos para su reciclaje debe abordarse a nivel sistemático», concluye Thapa.

Ante esta situación, algunos países asiáticos, como China, han empezado a negarse a admitir residuos plásticos procedentes de países occidentales, especialmente aquellos materiales de bajísima calidad que a menudo resulta muy difícil reciclar. También la UE ha establecido limitaciones al envío de basura plástica a países del sur para evitar que termine en los bosques y en los mares de esta parte del mundo.

Sin embargo, tal y como han desvelado los investigadores de la Universidad de Utrech, la realidad es que aún hay países que reciben cualquier tipo de residuo plástico, sin una gestión controlada de los mismos.

Estudio de referencia: https://link.springer.com/article/10.1007/s43615-023-00330-w

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