No hay un cisma en Vox, los medios mienten. No acabarán con nosotros

La Asamblea General Extraordinaria de Vox ha oficializado la reelección de Santiago Abascal como presidente del partido por quinta vez consecutiva este sábado. El político vasco continuará en el cargo otros cuatro años, hasta 2028. El proceso de primarias, iniciado el 9 de enero, ha prescindido de la campaña electoral interna, así como de la votación, dado que, como han comunicado fuentes del Comité Electoral (CEL) de la formación, no se ha presentado ningún candidato alternativo y Abascal ha superado el número de avales necesarios para poder avanzar en el proceso; el 10% de los militantes al corriente de pago, alrededor de 3.500 apoyos.

Convocado en el madrileño Hotel Marriott Auditorium, al mediodía, un afluyente cónclave de militantes esperaba la comparecencia de Abascal y miembros del nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) designado. Con loas a España y a Vox de por medio. Entre los cambios principales que se producen, están su ampliación al doble de los integrantes del máximo órgano de dirección hasta la veintena. También la limitación de las vicepresidencias a una, que compaginará el secretario general, Ignacio Garriga, con sus actuales funciones. Los anteriores vicepresidentes, Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith y Reyes Romero, pasan a desempeñar las funciones generales de vocal junto a los ‘barones’ territoriales de la formación. Son los vicepresidentes autonómicos Juan García-Gallardo, en Castilla y León; el murciano, José Ángel Antelo; el valenciano, Vicente Barrera, y el aragonés, Alejandro Nolasco. Se integran, entre otros, la portavoz del Congreso de los Diputados, Pepa Millán, y su segundo, José María Figaredo. Pablo Sáez mantendrá las competencias de Tesorero, y está por ver la estructura de las vicesecretarías. De haberlas.

Entre las sucesivas intervenciones, se ha mantenido un mantra claro: «solo queda Vox para volver a poner sobre la mesa los debates que otros se empeñan en hacer desaparecer«. Y se renueva el liderazgo «para enfrentarnos unidos» a las convocatorias que están por venir. La idea la ponía sobre la mesa María Ruiz, responsable de la Organización que mantiene el puesto de vocal. La refrendaba Millán, que hacía piña con la militancia, y destacaba la «resistencia» del partido frente a los ataques de los editoriales, la prensa y los adversarios. «No se puede competir contra una realidad incontestable», decía la parlamentaria en defensa de los argumentos de Vox. «Hemos conseguido que el PSOE» enarbole la bandera de España y que «el PP copie nuestra propuesta para ilegalizar partidos«, alardeaba la política cordobesa, insistiendo en que sus siglas son la «oposición real» al Gobierno de Pedro Sánchez. Ello sin olvidar hacer mención al «problema migratorio y de seguridad», clave entre las banderas de Vox y que ha arrancado un aplauso al auditorio.

Tras las intervenciones de los barones regionales, de Garriga y después de dos mensajes de vídeo emitidos de Giorgia Meloni y Javier Milei, en apoyo, llegaba el turno de Abascal. Los decibelios se agudizaban en la sala a su ascenso al atril. El de Amurrio, ha puesto sobre la mesa que solo Vox defiende medidas «importantes», de igualdad. A nivel social, económico y en el exterior, en la UE. Frente a los «lobbies LGTB», el «globalismo y la Agenda 2030». Frente a la inmigración masiva. «Solio Vox defiende y garantizan las libertades», insistía Abascal. Pero su discurso se ha caracterizado, especialmente, por arremeter contra los medios de comunicación por las publicaciones que aluden a la existencia de una división interna. Para él, las noticias están alentadas por medios financiados por publicidad institucional. El ejemplo ha sido señalar a la Comunidad de Madrid y a la popular Isabel Díaz Ayuso.

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