El PP coordinará las políticas a su alcance dentro de sus gobiernos autonómicos para exhibir la alternativa a Pedro Sánchez a lo largo de la legislatura. Una especie de Gobierno paralelo valiéndose del poder autonómico conseguido tras las elecciones del mes de mayo. Alberto Núñez Feijóo no pudo llegar a la Moncloa a pesar de su victoria electoral y enarbola un discurso muy duro contra las alianzas que el PSOE tiene con los independentistas pero, a la vez, quiere ir desgranando el que habría sido su programa de gobierno si hubiera sido presidente. El impulso de una EBAU única (antigua prueba de Selectividad) fue la primera medida avanzada por las once autonomías que gobierna el PP y el objetivo es que se implante en 2025.
Aunque existen limitaciones que dependen del Gobierno central y singularidades propias de cada territorio, en Génova reconocen que “nadie puede impedir” que todas las autonomías gobernadas por los conservadores actúen“de forma sincronizada” en algunos ámbitos, siempre que esas políticas estén dentro de sus competencias. La imagen de fondo, reconocen, será como un gobierno propio para que la ciudadanía compare las dos posibilidades de gobernar España: “Como las autonomías del PP o como Sánchez”, explican.
El caso reciente que ha dado el pistoletazo de salida fue en el ámbito educativo. Los consejeros de las CCAA llevan meses trabajando en una prueba única, que también serviría para unificar los criterios de corrección y fijar una sola fecha de celebración. “Son políticas que fomentan la igualdad”, insisten en el PP, en línea con el discurso nacional de que el Gobierno de Sánchez está poniendo en peligro la igualdad entre ciudadanos y la propia vertebración territorial por culpa de sus tratos de favor a Cataluña y el País Vasco.
En las próximas semanas los populares irán desgranando la concreción de la propuesta sobre la Selectividad. Y en Génova anticipan que será la primera de muchas iniciativas. En realidad, en política fiscal, aunque a distintas velocidades, las CCAA populares también caminan en la misma dirección. Andalucía, la Comunidad de Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana o Castilla y León eliminaron el impuesto de sucesiones y donaciones. Desde el 1 de enero Extremadura también entró en ese club, y en Cantabria y Aragón la rebaja del gravamen ha sido muy fuerte en los meses recientes. También muchas autonomías como la madrileña, la andaluza, la gallega, la valenciana o la murciana apostaron por la deflactación del IRPF en el tramo autonómico en 2023 por la inflación disparada. Es la otra medida que Feijóo reclamó insistentemente al Gobierno (sin éxito) junto a la rebaja del IVA a carne, pescado y conservas.
En la dirección nacional explican que el diseño de este plan conjunto está en marcha y se irá desarrollando a lo largo de la legislatura. Ya en el programa electoral de Feijóo para el 23J se recogían algunas medidas que tienen una vertiente autonómica y que en la dirección nacional apuntan a que podrían implementarse también desde las autonomías con Sánchez en la Moncloa.
Muchas son de ámbito económico como la propuesta de unidad de mercado con el objetivo de eliminar barreras para las empresas o reducir la fragmentación normativa, precisamente a través de la racionalización de la normativa autonómica. El objetivo es lograr el reconocimiento de licencias y permisos en todo el territorio español, en este caso, en las autonomías gobernadas por el PP. Feijóo también defendía en su programa una estrategia de economía circular con el objetivo fijado para el año 2030 para mejorar la competitividad de las empresas mejorando la coordinación de la legislación estatal y autonómica.
En materia de Vivienda, todas las CCAA del PP ya respondieron en bloque a la ley aprobada la pasada legislatura con el apoyo de ERC y EH Bildu, que proponía un tope al precio del alquiler en zonas tensionadas. La aplicación, al final, está en manos de cada autonomía. Y la decisión de todas las gobernadas por los populares fue ecuánime al advertir que en sus territorios no lo llevarían a cabo.
El apoyo en los barones
Dentro del partido muchas voces advierten de que «la mejor estrategia que puede tener Feijóo» para enfrentarse a Sánchez es la de «apoyarse en sus presidentes territoriales». Sobre todo lo hacen después de una semana en la que el PP cometió algunos errores en momentos de extrema debilidad para el Gobierno. Ocurrió el martes cuando el PSOE terminó cediendo e incorporando la enmienda sobre terrorismo que reclamaba Junts a la ley de amnistía. Ese día Esteban González Pons llamaba «cáncer del Estado de derecho» al Tribunal Constitucional, desviando parte del foco hacia el PP cuando era una de las jornadas más complicadas para los socialistas.
Al día siguiente una fotografía de tres líderes autonómicos del PP, Juan Manuel Moreno (Andalucía), Carlos Mazón (Comunidad Valenciana) y Fernando López Miras (Región de Murcia) junto al castellano manchego Emiliano García-Page revolvía de arriba abajo al Partido Socialista. El corrillo informal, en el que Page criticó abiertamente la actitud de su partido, que dijo está en «el extrarradio de la Constitución», continuó con la intención de hacer un frente común de las cuatro autonomías para abordar la financiación autonómica.
La imagen permitió al PP trasladar el mensaje de que «la inmensa mayoría de ciudadanos, también votantes del PSOE» se pueden sentir más cómodos con esa foto a cuatro que con la de Sánchez junto a Carles Puigdemont. Días atrás y a pesar de la dureza en el discurso populares, López Miras compartía una imagen con la vicepresidenta Teresa Ribera en el Mar Menor, siguiendo la estela de Doñana que también protagonizó Moreno con la socialista. Y días antes Carlos Mazón había hecho algo similar con el polémico ministro Óscar Puente para dar luz verde, por fin, a la ampliación del Puerto de Valencia. Este viernes, el anuncio de Pedro Sánchez de poner en marcha la ampliación del aeropuerto de Barajas que venía reclamando Isabel Díaz Ayuso y que el PP defiende como propia porque también la activó bajo el Gobierno de Mariano Rajoy justo antes de la moción de censura, vuelve a unir los intereses de PSOE y PP en asuntos relevantes de infraestructuras.
«Y nadie duda de que el PP sea el PP. La gente quiere acuerdos buenos para sus comunidades. Es el PSOE el que tiene problemas para explicarle a sus socios cualquier cosa que no sea pactar con los independentistas catalanes o vascos», reflexiona un presidente autonómico, reconociendo que en este momento en el que Feijóo tiene que afrontar otro ciclo de oposición, lo «único que puede hacer» para exhibir su modelo frente a Sánchez es apoyarse en los propios barones. «El PSOE acierta cuando copia al PP. Lo hace muy pocas veces. Nosotros avanzaremos para que se comparen modelos», vuelven a insistir en Génova.