La consejera de Presidencia y Seguridad, Nieves Lady Barreto, remitió a primeras horas del jueves una carta urgente al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la que manifiesta la «preocupación» del Gobierno de Canarias «sobre la posibilidad de que la agencia europea Frontex abandone España si no se llega a un acuerdo», máxime cuando en las costas mauritanas esperan «300.000 personas» para embarcar en cayucos rumbo a Canarias.

«Queremos reunirnos con el ministro porque a la situación preocupante con Senegal se une que Mauritania ha dejado de hacer control en frontera y allí hay 300.000 personas esperando para embarcar, según los datos que el propio Ministerio de Interior nos trasladó en una pasada reunión, y no es el mejor momento para que no haya un acuerdo con Frontex», confirmó la consejera Barreto.

Al respecto, la titular de Presidencia recuerda que «hasta el 13 de enero, de 42 embarcaciones que han llegado, 35 eran de Mauritania», un país desde el que prácticamente no arribó a Canarias ninguna embarcación irregular en 2022 y 2023 gracias al acuerdo que la UE suscribió con sus autoridades.

Hasta el 13 de enero, 35 de las 42 embarcaciones llegadas a las Islas eran mauritanas




Sin embargo, los pactos de cooperación suscritos entre la UE y Túnez han llevado a Mauritania a «abrir la puerta», motivo por el que Barreto insistió en su misiva al ministro Marlaska en el hecho de que «para Canarias la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el control de la inmigración es fundamental y la colaboración con Frontex es esencial para garantizar la seguridad y el control de nuestras fronteras, donde la situación es más crítica y donde la agencia debe desempeñar una labor fundamental».

Desde el día 24 están suspendidas las operaciones de Frontex contra la inmigración irregular en el Mediterráneo y Canarias (la llamada Operación Indalo) porque las autoridades españolas se resisten a firmar el plan operativo propuesto por la Agencia Europea de Fronteras para 2024 debido a que una de las condiciones es no ceder la responsabilidad y titularidad de los datos de los migrantes.

No obstante, el propio ministro Marlaska minimizó el conflicto cuando aseguró que el mismo se limita a «cuestiones técnicas» y que estará resuelto «en horas». Una tesis compartida por el portavoz jefe de la Comisión Europea (CE), Eric Mamer, para quien «no estoy seguro de que haya un problema», y reforzada por la portavoz encargada de cuestiones migratorias, Anitta Hipper, al decir que «estas cuestiones suelen acontecer todos los años a la hora de renovar todos los planes operativos de actuación entre Frontex y los distintos países de la Unión Europea donde existen los acuerdos».

No más «ventanas abiertas»

Sin embargo, estas afirmaciones no rebajaron la preocupación que existe en Canarias, hasta el punto de que el presidente Fernando Clavijo expresó la necesidad de que las diferencias entre España y Frontex «se resuelvan cuanto antes porque de lo que estamos hablando es de salvar vidas tanto en nuestras costas como en las africanas».

«Europa tiene que tomar determinadas decisiones y adquirir compromisos económicos con los países de origen para que Frontex pueda desplegarse también en esos países y tiene que entender que los flujos migratorios se tienen que resolver en África y no levantando más muros, porque al final lo que consiguen es hacer las rutas más peligrosas y que haya más muertos», concluyó el presidente.

El presidente Clavijo espera una pronta solución porque «estamos hablando de salvar vidas»


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Para Barreto, la labor de Frontex será «vital» en los próximos meses, toda vez que «las llegadas de cayucos desde Senegal han aflojado por cuestiones meteorológicas, pero no porque se estén controlando las salidas desde ese país, así que veremos cuando mejore el tiempo que volverán a incrementarse».

«Hay que solucionar los problemas con Frontex y la UE debe hacer un esfuerzo por reconducir la situación en Mauritania. Canarias no puede tener más ventanas abiertas que alimenten un repunte migratorio en la ruta atlántica», concluyó la consejera de Presidencia.

¿Por qué la presión en las costas mauritanas?

Tal y como reconoce la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), con su política de puertas abiertas puesta en marcha durante décadas Mauritania acoge a más de 100.000 refugiados malienses en la árida región sudoriental de Hodh Chargui, donde se encuentra el campamento de Mbera. Al mismo tiempo, en Nouakchott y Nouadhibou viven más de 20.000 refugiados y solicitantes de asilo de 40 nacionalidades diferentes. El propio ministro mauritano de Economía y Desarrollo Sostenible, Abdessalam Mohamed Saleh, reconoció el pasado 11 de enero que el número de refugiados y solicitantes de asilo se duplicó durante el período 2019–2023, de 57.000 hace cuatro años a 112.000 personas en octubre de 2023, debido a la inestabilidad política y al aumento de la inseguridad en la región del Sahel. Por ello, pidió a la comunidad internacional ayuda económica para poner en marcha un plan de emergencia multidimensional en beneficio de los refugiados. Toda esta situación constituye un desafío para el Estado a la hora de dar una adecuada respuesta humanitaria, pues Mauritania tiene recursos limitados para hacer frente a esta compleja crisis en un entorno de sequía e inseguridad alimentaria y de creciente presión demográfica que favorece a las mafias de la inmigración. | S.L.