Qué tal muy, buenas noches.

Hoy tengo que hablarte de algo que me toca muy de cerca. Como sabes, este pasado miércoles hemos celebrado a San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. Un día que por cierto, he podido compartir con la Iglesia de Canarias, que me acogió estupendamente y me escuchó lo que hoy también quiero compartir contigo.

Esta semana el Papa Francisco se encontraba con los periodistas que habitualmente cubren la información del Vaticano y les decía algo muy bonito, les invitaba a volver a las raíces para recordar “la llamada que nos une en esta importante tarea” que es la comunicación en la Iglesia.

Pero esto va un poquito más allá del ámbito periodístico. La Iglesia en si es comunicación. Está en su ADN. Una Iglesia que no comunica, no puede ser Iglesia, precisamente porque nace para anunciar un mensaje. Por eso la comunicación es parte de su misión. Y todos estamos llamados a ello.

A veces, cuando estamos cansados o cuando la rutina se cuela en nuestra vida, es necesario volver al inicio, a esas raíces, que dan sentido a lo que un día comenzó como una aventura apasionante.

Hace unos días una persona conocida, hacía una pequeña reflexión en público a través de sus redes sociales. En su afán de evangelizar a través de la música, reconocía haberse estancado. Muchas personas escribían identificadas con sus palabras. Qué oportunas las palabras del Papa, ese volver a las raíces, no sólo es para los periodistas. Es un consejo a la altura de cualquiera circunstancia.