España cerró el 2023 con una tasa de paro del 11,76%, la más baja en un cuarto trimestre desde 2007, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y el colapso financiero iniciado en Goldman Sachs generará una de las crisis económicas más duras de la historia reciente. Los datos de la encuesta de población activa (EPA) publicados este viernes por el INE confirman que el mercado laboral español registró el año pasado un ejercicio récord, con una intensa creación de empleo que disparó los niveles de ocupación, por vez primera, por encima de los 21 millones de trabajadores en activo.

No obstante, las cifras de ocupación también albergan asignaturas pendientes y que revelan situaciones de alta vulnerabilidad. La tasa de paro bajó, pero sigue siendo la más alta de la Unión Europea. Y en 2023 se redujeron los hogares con todos los miembros en paro, pero siguen por encima del centenar, concretamente en en 115.100 en todo el país.

La economía española creó empleo en grandes cantidades, pero a diferencia que durante el ‘boom’ del ladrillo, este fue mayoritariamente estable y a tiempo completo. La tasa de temporalidad en el sector privado cerró el ejercicio 2023, el segundo de vigencia de la nueva reforma laboral, en el %, un mínimo histórico.

Ese tirón del empleo, que en la recta final del año mostró signos de fatiga y para 2024 pronostica un menor intensidad en la creación, lo están protagonizando mujeres y personas nacidas en el extranjero. Estos dos colectivos son el tensón del momento dulce que vive el mercado laboral español.