Los precios han crecido un 13,3% desde 2020, mientras que los del sector hotelero lo han hecho un 17,3%, cuatro puntos más. La presión de la demanda, constatada en la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2024) que se celebra durante estos días en Madrid, aleja la posibilidad de que se inicie un periodo de moderación. Sin embargo, el comportamiento de la clientela no es el único factor que explica el desacompasado crecimiento que revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), también las mejoras abordadas en la planta alojativa durante el cierre forzado por la pandemia influyen.
«No hablamos solo de repercutir el incremento de los costes, también se ha generado valor añadido». De ese modo se refirió ayer el presidente de la patronal tinerfeña del sector (Ashotel), Jorge Marichal –también lo es de la nacional Cehat–, a «las obras que muchos hoteles» realizaron aprovechando el parón de actividad al que obligó el covid.
El valor añadido ganado con las reformas durante el parón también encarece el destino
Además, la visión global del IPC (Índice de Precios de Consumo) no revela el particular de algunos subgrupos que, como el de los alimentos (32,7%) o el de la energía (18,4%) se han disparado muy por encima. «Lo hemos sufrido todos», señaló el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, José María Mañaricua.
Sin una desescalada de los costes, las tarifas nunca iniciarán el camino de regreso, pero no bastaría tan solo con que eso se produzca. El flujo de llegada de clientes a las Islas vive uno de sus momentos más brillantes y, coyunturas indetectables aparte, nada indica que el caudal vaya a aminorar. A falta de conocer el dato preciso del mes de diciembre, se da por seguro que la cifra de turistas que visitaron el Archipiélago durante el año pasado superó la frontera nunca antes rebasada de los 16 millones. Puede ser más caro viajar, pero las ganas de hacerlo no decaen.
«En esto la pandemia ha marcado un antes y un después», explicó Marichal; «ahora nos prestamos una mayor atención a nosotros mismos», añadió el dirigente empresarial tinerfeño. En ese nuevo orden de prioridades, las vacaciones aparecen mucho más arriba de lo que lo hacían antes. En consecuencia, si la demanda no se enfría, el mercado no encuentra ninguna razón para meter la marcha atrás con los precios.
La asistencia y el ambiente que reina en Fitur reflejan el tiempo de bonanza que vive el sector
Los dos últimos meses del pasado año «fueron muy buenos», y «hasta marzo habrá tranquilidad», certificó Mañaricua. Además, el ambiente que se palpa en Fitur es de gran dinamismo, con «más gente que nunca y más relajada» que en ediciones anteriores, continuó el presidente de la FEHT. «El sector está de moda en todo el país», sumó el de Ashotel. Sin embargo, no todo es jauja.
En estos días se cierran con los turoperadores los contratos para dentro de prácticamente un año. «De los costes que se contemplan en ellos se derivan unos precios», detalló José María Mañaricua. ¿Pero qué pasa si todas esas camas solicitadas por los mayoristas no se ocupan? «Habría que renegociar», admitió el presidente de la patronal hotelera de Las Palmas.
Renegociar contratos
A renglón seguido habría que rubricar nuevos documentos con unas tarifas más atractivas para terminar de seducir a la potencial clientela pero que se llevarían por delante el beneficio calculado. El resultado neto de los últimos ejercicios ha crecido a ritmo de dos dígitos y, en alguno de ellos, holgadamente por encima del 20%, cierto que la recogida estuvo muy influenciada por una cosecha totalmente malograda llamada pandemia global de coronavirus.
Por eso los dedos están cruzados con fuerza. Pandemia, invasión de Ucrania por parte de Rusia, destrozo sistemático de Palestina por parte de Israel…, el cúmulo de sucesos que han desestabilizado la paz y tranquilidad internacionales han impactado en la economía con mayor o menor intensidad. Han mostrado también que hacen falta pocos días para que todos los cálculos realizados a priori salten por los aires.
El beneficio de los últimos ejercicios ha crecido a ritmo de dos dígitos
Superada la aportación que el turismo hacía a la economía canaria (35,5% del PIB en 2022, según Impactur) antes de la crisis sanitaria de 2020, los empresarios se han fijado este 2024 como año en el que poner el contador a cero tras saldar las deudas contraídas durante la pandemia.
Hasta Semana Santa el camino para que el éxito continúe aparece expedito. Después llegará el tiempo de fajarse durante los tradicionales meses malos de abril, mayo, y junio. El margen para mejorar en esa parte del año se cerró en 2022 con «un 27%» de clientes más que en el la misma época del año anterior. Así lo detalla Mañaricua, que no descarta llegar al 30% en este ejercicio. Eso sí, siempre con reducciones de precios de hasta el 40% respecto a la temporada alta.