Román confiesa que está ayudando a Lola y cuestiona la adopción de Malena, provocando la furia de Elena. Sintiéndose traicionada, la matriarca de los Quevedo echa a su hijo de la casa.
Marisa decide mudarse a Madrid, sorprendiendo a Pelayo con la noticia. A pesar de las dudas iniciales, la pareja planea avanzar con sus planes y firmar el contrato de alquiler, consolidando su relación.
Después de prometer a Federico que el asesino de su hija pagaría por su crimen, Crespo graba la confesión de Soria y le aconseja enfrentar las consecuencias del asesinato. Soria, sin saberlo, se marcha sin saber que la conversación va camino a la policía.
Carlos sale de la cárcel, llenando de alegría en el supermercado. Por su parte, Manolita elogia su valentía, y todos celebran brindando por su liberación y su felicidad con Gala.