Las aguas vuelven a su cauce. Esta podría ser el titular de la inauguración de ayer de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que estará abierta a profesionales y público en general hasta el domingo 28. Y vuelven por las aglomeraciones que se dieron cita desde nada más abrir sus puertas el certamen, como si volviesen las épocas de los bolis gratis total, folletos de papel «couché», sombreros de paja y bolsas de plástico para llevar los kilos de información recogida en pocas horas. Ya nadie se acordaba de la pandemia que hizo temblar Fitur pero que aguantó como una jabata como si procediese de Miranda de Ebro.
A la entrada de del parking de Ifema, la primera cucharada con mosca incluida. Una mini manifestación pro Palestina hermanada con un grupo de cuatro enseñantes de la Biblia, modositos todos ellos con la sonrisa en la boca, y vigilados —eso sí— por unos cuantos nacionales comunicándose continuamente con el interior para que no hubiese ningún incidente con el Rey Felipe VI y la Reina Leticia, que inauguraron la 44ª edición de FITUR, la segunda más importante del mundo, que este año bate récords, ya que reunirá a 9.000 empresas participantes, 152 países y 806 expositores, que se calcula que dejarán en la capital unos ingresos de más de 430 millones de euros y que contará con Ecuador como país invitado.
El Rey, en su estilo, y la Reina estrenando un mono español lleno de contrastes (decían los expertos). La complejidad del diseño, por su elegante y sedosa caída drapeada sobre las caderas de la Reina, impedía en un primer momento identificar detalles básicos del look. Pues eso, que todo en Fitur respiraba glamour o que se lo pregunten a Andalucía que un año más fue la más rica y glamurosa, contratando para ella solita un completo pabellón. Se les estará muriendo Doñana sin una gota de agua, pero la promoción del territorio es espectacular. Le gana ya de calle a València Turisme (aunque parezca mentira aún conserva el nombre), que se presentó con ganas de decir aquí estoy yo y vamos a tirar el resto. La consellera de Turismo ya avanzó días atrás que «con más de 500 coexpositores, el objetivo es «fomentar negocio y mostrarnos como un destino diverso, sostenible y accesible». Destacó que en esta edición el stand está inspirado en la esencia de esta tierra acogedora bajo el lema «Actitud Mediterránea». La titular de Turisme adelantó las principales líneas de la «Estrategia Turística 2024», con 150 actuaciones promocionales en 20 mercados emisores. Cada euro invertido este año tiene un propósito claro: «potenciar nuestra presencia y dejar una impresión duradera», explicó. Pero, por el contrario, la actitud Mediterránea tenía poco de atractivo para el público en general. Es claro y evidente que quedó atrás la promoción para los visitantes, y se ha convertido en profesionalidad. Estar en Fitur es concertar citas y negocios y, una vez abierto el bloc de los deseos, ofrecer lo que se pueda.
Hasta Fitur se acercaron el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, acompañado de la concejala de Turismo Raquel Caballero y la de Feria María Beltrán para intentar «vender» de lo que se presume. Así de claro lo tenía Cerdà: «hay que estar en Fitur para ofrecer nuestro patrimonio y nuestra historia. Una vez más hay que acudir como complemento al turismo de sol y playa, y hacer de nuestros tesoros naturales un paquete que se pueda vender fácilmente. En estos momentos ya somos un referente cultural de primer orden y por ello estamos aquí., presentando, además, iniciativas como la Guía Turistica de eventos y gastronomía de Xàtiva, o la importancia de la Fira d’Agost para lo que hemos preparado un vídeo con una campaña que llegue a todos los visitantes de la C. Valenciana durante el verano, sin olvidar el encuentro ‘Jo també vaig’ para potenciar el turismo inclusivo, accesible y sostenible».
Casi sin esperarlo se plantaron en el stand (un stand compartido) como en años anteriores, el grupo municipal del PP con Marcos Sanchis al frente, que, aunque no quisieron hacer más sangre de la tontería que supone un cuadrado para darle un metro de espacio a cada uno de los pueblos, sí que dejaron clara la opinión de que la diputación se cubre de gloria con este diseño, rácano y pobre.
Por su parte, Ontinyent potenciará la gastronomía como elemento de atracción turística. Éste será el objetivo de la participación de la ciudad. La concejala de Turismo, Mª José Alhambra, ha dicho que «la gastronomía en Ontinyent ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años y tiene un gran potencial. Queremos que las personas que nos visitan tengan presente que pueden acudir a Ontinyent a almorzar o cenar y aprovechar para disfrutar del resto de atractivos turísticos y no sólo al revés». Fitur nunca deja de sorprender, aunque en ocasiones sea en negativo y mientras las aguas pretendan volver a sus cauces. Millones de turistas, millones de ingresos y millones de intenciones dejan bien a las claras que siempre habrá un rinconcito para quien quiera estar en Fitur.