¿Tan largo me lo fiais? El lector de mi imperfecta opinión tiene derecho a plantearse esta pregunta. Pero en todo, siempre conviene tener una hoja de ruta. Una cierta estrategia. Mientras el socialismo de la Vega Baja, en fase de extinción electoral, sigue intentando comprender traduciéndolo del catalán, la diferencia entre terrorismo bueno y terrorismo malo, los que pensamos en las necesidades de todos los ciudadanos, voten a quien voten, sugerimos decisiones. Gobierna el Partido Popular.

La Torrevieja del año 2024, y los municipios que la rodean, se encuentra en una enorme encrucijada. El reseteo mundial que ha supuesto la pandemia del Covid y la Europa en guerra incapaz de resolver conflictos bélicos y movimientos migratorios que terminan con dramas humanos, ha cambiado la escena por completo.

Las empresas líderes en el turismo residencial han apostado muy fuerte por esta ciudad y por desarrollos en su entorno. Y estas compañías constructoras y promotoras saben que apuestan a caballo ganador. Su inversión es atracción de riqueza y generación de recaudación de fondos públicos vía impuestos. Hoy ya vemos que no hay divisiones municipales físicas en la zona urbana que componen Torrevieja; Orihuela Costa; Los Montesinos; Guardamar; Benijòfar y Rojales. Este enclave geográfico materialmente ya unido se ha tragado una parte importantísima del movimiento migratorio europeo procedente del conflicto bélico ruso-ucraniano. Y lo que queda.

Por tales motivos esta enorme área humana que no puede pasar inadvertida, ni para Alicante, Valencia o Madrid, por competir en población y en actividad económica con cualquier zona de la Comunidad Valenciana, precisa de servicios públicos. Actuales y futuros.

Torrevieja afronta en las próximas dos décadas un potencial incremento real de población residente que en mi previsión generará un aumento que rondará los cuarenta mil habitantes más, fruto tanto del desarrollo de la actividad inmobiliaria y empresarial en su término municipal como de los aportes de los municipios colindantes.

Conviene pensar. Conviene priorizar. Conviene trazar el rumbo correcto para que los centros educativos y centros sanitarios públicos y su correspondiente personal imprescindible estén debidamente proyectados, ejecutados y dotados. Eso sí es pensar en las personas primero.

Torrevieja como centro neurálgico de la actividad y que está ya unida físicamente con las calles de Orihuela Costa, tiene la obligación de liderar la iniciativa de transmitirle al presidente de la Diputación Provincial de Alicante, y también Alcalde de Benidorm, Toni Pérez, y al Presidente de los valencianos Carlos Mazón, que aquí en beneficio de todos necesitamos ejecutar un plan realista y urgente. No nos puede pillar el toro. Invertir en Torrevieja y en la enorme confluencia humana y urbana que conforma junto con Orihuela Costa, Guardamar y los municipios limítrofes genera de vuelta imprescindibles ingresos directos para las arcas públicas provincial y autonómica. Para empezar precisamos ya tres nuevos colegios de línea tres; tres nuevos institutos; y un nuevo Hospital. Para atrás ni para coger impulso. O lo lamentaremos sin derecho a amnistía.