Era un proyecto que se venía acariciando desde hace años: el de crear una institución que pudiese englobar a todos los intereses del sector de la música, desde los propios intérpretes hasta los autores, productores, promotores, técnicos y managers, entre otros, para hablar con una sola voz, defender los intereses de su industria y celebrar sus éxitos como hacen organizaciones parecidas de otros ámbitos: la Academia de Cine, que organiza los Premios Goya, sería el mejor ejemplo.