Ernest Urtasun ha iniciado la semana con unas declaraciones realmente preocupantes tratándose de quien es el ministro de Cultura del Gobierno de España. Decir que el ministerio de Cultura va a acabar con la seña colonial y de género que reflejan las colecciones de los museos nacionales españoles es una osadía desmedida. De un ministro de Cultura se espera rigor y no lecciones de revisionismo histórico que tienen poco de científicas y mucho de ideológicas. El conocimiento de la historia no es fruto de opiniones apriorísticas y pasajeras. Por eso el ministro Urtasun, como todos los miembros del Ejecutivo español, cuentan con asesores y técnicos realmente expertos. No sabemos si el ministro ha consultado con algunos de ellos ni lo que estos, incluidos los directores de los Museos Nacionales, le habrán aconsejado con relación a su anuncio de superar el marco colonial y etnocéntrico. ¿Qué significan realmente las palabras del ministro? La historia no puede reescribirse y, como no puede ser de otro modo, refleja las luces y las sombras de cualquier realidad humana.

El ministro tiene obligación de saber que la posición de España y de la sociedad española con relación al Descubrimiento de América no es ni ha sido nunca la propia del colonialismo. España y la Corona no procedieron jamás como lo hicieron algunas de las otras potencias coloniales. Nadie desde el Ejecutivo corregirá al ministro. Porque Ernest Urtasun representa una de las cuotas que le permite a Pedro Sánchez permanecer en La Moncloa.