La asombrosa goleada del Juvenil División de Honor del Levante contra la Real Sociedad en Copa del Rey no solo tuvo impacto dentro de la competición, sino que fue un aviso del talento que se cuece en las profundidades de la Ciudad Deportiva de Buñol. Los de Euge Ribera, en constante crecimiento y con hambre de llegar al fútbol profesional, afrontan los octavos de final contra el Atlético de Madrid siendo conscientes del potencial que tienen para tumbar a uno de los candidatos al título, aunque, en sus filas, los granotas cuentan con un futbolista que está dando de qué hablar.
El delantero Carlos Espi, en su segunda temporada como levantinista, mira de frente al conjunto colchonero mientras atesora unos números de escándalo: 15 goles en 18 partidos entre el filial, donde ha tenido cuatro participaciones, y el Juvenil. Sin embargo, su rendimiento no es fruto de la casualidad. Acostumbrado a marcar goles desde que empezó en la Unió Esportiva Tavernes en su etapa de prebenjamín, donde su envergadura y corpulencia lo ubicaron inmediatamente en punta de lanza, el ‘9’, una vez firmó por el club en el verano de 2022, se ‘machacó’ a entrenar para recomponer su estado corporal y estar a la altura del reto de defender los colores del Levante. Su tío y entrenador personal, Sergio Palomares, se encargó de que el delantero diese un salto en el apartado físico y ganase entre cuatro y seis kilos de musculatura.
Tras una temporada en la que sus números no correspondieron con sus habilidades, y después de cerrar sus estudios de música con el oboe como su instrumento principal, y ser becado por el club para iniciar sus estudios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Espi, a sus 18 años y con contrato de tres temporadas más dos opcionales, recibe al Atlético de Madrid con el objetivo de ser uno de los partícipes de que la cantera granota siga haciendo historia.