Izquierda Unida plantea sus condiciones para participar en la construcción de Sumar, y reclama «mancomunar» tanto la marca como la toma de decisiones del espacio, para evitar que sea sólo el partido de Yolanda Díaz. Estas son las coordinadas que ha fijado IU Andalucía, la federación con más peso institucional del partido, que pide «superar la patrimonialización exclusiva de Sumar» por parte de la vicepresidenta segunda del Gobierno y pasar a la «gobernanza conjunta» del nuevo proyecto.
El partido andaluz aprobó este informe el pasado 13 de enero, cuando Díaz ya había trasladado a los partidos la fecha de su asamblea fundacional y unas pocas horas antes de hacerla pública. Este documento llega en un momento particular dentro de la formación, que se encuentra en un interín de liderazgo, con su secretario de Organización, Ismael González, a los mandos tras la salida de Alberto Garzón y a la espera de la asamblea federal de mayo, donde se elegirá a su sucesor en el cargo, con Sira Rego como principal aspirante.
«Déficit de funcionamiento democrático»
El informe de la dirección andaluza coincide en la necesidad de articular a las «distintas izquierdas» bajo «un mismo espacio político» ante lo que considera un «riesgo de desafección» del electorado progresista. Eso sí, establece que «las condiciones de posibilidad» del nuevo actor político «requieren su democratización, es decir, mancomunar aquello que entre todas conformamos».
En este sentido, IUCA denuncia la existencia de un «déficit de funcionamiento democrático» dentro del espacio liderado por Yolanda Díaz, y advierte que «para revertirlo, es preciso que Sumar se debe referenciar en el conjunto de actores que lo conforman y, de la misma manera, cada una de sus partes también han de ser voz de Sumar«, reclamando así ser parte activa del nuevo espacio.
La federación andaluza de IU vincula directamente su implicación en Sumar a una serie de condiciones que garanticen su presencia dentro del nuevo espacio: «Contemplamos nuestra participación y compromiso», señala, «bajo unos criterios idóneos para un sujeto político democrático, amplio y superador de lo actualmente existente». Así, apunta a que «socializar lo que es de todas (la marca Sumar o cualesquiera otra específica andaluza), democratizar su participación y tomas de decisiones y tener una representatividad acorde a su peso en el territorio plasmarían un criterio político responsable para la implicación de IUCA en la construcción de Sumar».
«Patrimonializaión exclusiva»
La marca creada por Yolanda Díaz sirve en estos momentos tanto para definir la candidatura electoral que concurrió a las generales -con fuerzas como Compromís, comuns, IU, CHA o Més- y que cristalizó en el Grupo Plurinacional de Sumar, como para referirse el partido creado y registrado ante el Ministerio del Interior, que sentará sus bases organizativas y sus reglas de funcionamiento el próximo 23 de marzo, en su asamblea fundacional.
Esta confusión entre la amalgama de formaciones y el proyecto político de la líder gallega ha llevado a que en Izquierda Unida reclamen tener voz y voto en el nuevo sujeto político. En este sentido, IUCA rechaza la posibilidad de crear «un partido político al uso en el que se disuelva la diversidad» o que sea «un partido-marca sin arraigo territorial y controlado ademocráticamente por una de las partes». Así, reclama «un frente amplio, democrático en su funcionamiento y con un capital simbólico (marca electoral) gobernado por su pluralidad».
«De ahí que se deba superar la patrimonialización exclusiva de Sumar por el partido Movimiento Sumar -partido registrado por Díaz- y transitar hacia una socialización de dicha marca, paraguas de todas y todos, y hacia una gobernanza conjunta de la misma«. Una afirmación por la que reclama estar presente en la toma de decisiones del nuevo partido, después de que Yolanda Díaz y su núcleo duro hayan marcado el rumbo en las principales cuestiones de la coalición, como el reparto de portavocías o la elección de portavocías y candidatos para las elecciones.
IUCA marca el camino
Los partidos integrados en la coalición electoral han mostrado distintas implicaciones a la hora de construir el nuevo partido. Los comuns de Ada Colau y Más Madrid participan activamente en su fundación, después de llegar a sendos acuerdos de no competición: Yolanda Díaz renuncia a crear estructuras territoriales en Cataluña y Madrid a cambio de integrar a estas fuerzas como principales referencia en esas plazas. En el caso de fuerzas como Compromís o Mès, han declinado participar en el bautismo del nuevo sujeto político, en un intento de remarcar su autonomía.
El caso de Izquierda Unida era uno de los que más incógnitas despertaba: su carácter estatal podría entrar en conflicto con Sumar; y el debate sobre el nuevo escenario no se abordará hasta su asamblea de mayo. Sin embargo, la dirección andaluza de IU marca el camino y condiciona su participación en la construcción de Sumar a tener representación dentro de Sumar y peso en la toma de decisiones, limitando así el poder de Yolanda Díaz en la nueva formación. En el «grupo promotor» que trabaja ya en esa asamblea funcional, IU tenía una amplia representación, desde la propia ministra Sira Rego hasta una potente delegación andaluza del partido, como Amanda Meyer o Ernesto Alba.